Aunque
el título del post pueda sugerir el nombre de algún plato de ésos de alta
cocina que van acompañados de varias estrellas Michelin, nada más lejos de la
realidad.
La
espuma a la que se hace referencia es la que producen las olas del mar al
romper contra la costa o en la playa; una espuma blanca, brillante,
efervescente, que hace que el espectador se asombre en muchas ocasiones de la
pureza del blanco de su color.
Sin
embargo esta vez no se trata de dicho caso, ya que -como se puede apreciar en
la foto- ahora las olas lo que han estado produciendo en un constante batir
contra las rocas del agua sucia de los aceites y grasas de motores arrojados al mar por
embarcaciones sin escrúpulos, es una espuma batida, sucia y pardoamarillenta
que se encostra en la orilla de costa cual chapapote graso, y perdura durante
horas y horas, hasta que finalmente el mar la vuelve a limpiar una vez que sus
aguas se han autodepurado.
Menos
mal que el espectáculo de la espuma batida no deja de ser algo ocasional por
esta zona, sin llegar a ser muy habitual.
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