El
principal problema cuando nos referimos a colecciones caseras (en este caso el
de mis
relojes) es el del espacio. De nada vale que vayamos adquiriendo poco a
poco nuevos ejemplares, vía Internet, tiendas especializadas, regalos…, si
luego no disponemos de un lugar físico para guardarlos.
En
cierta medida eso se solucionó en mi caso cuando, en Navidades, me regalaron un
arcón relojero de dos bandejas, pero enseguida lo llené con todo lo que tenía,
y como además sigo ampliando la colección, estoy llegando a un punto en el que
ya no sé que hacer para tener a todos mis relojes en condiciones.
Por
otra parte, mis nuevas adquisiciones han ido por nuevos derroteros. Me explico.
Además de los modelos llamémoslos “clásicos” de reloj, he ido especializando
algunos modelos; así entre los últimos se encuentra uno totalmente automático
que no necesita pila para su funcionamiento, otro de doble esfera, uno
electrónico digital, otro con caja y esfera de madera, y mi última adquisición,
un smartwach con conexión a mi teléfono móvil.
Y de
cara al futuro algunas previsiones: algún que otro reloj automático, y la que va a ser mi próxima adquisición, un reloj de batería solar (ya tengo varios modelos
ojeados en Internet y de precio muy módico, sólo me falta decantarme por alguno de ellos) con lo que también me evitaré el
problema de mantenimiento de pilas.
Los últimos relojes de mi colección.