30 jul 2017

MERCHANDISING ESPIRITUOSO



Quien más, quien menos, muchos somos consumidores del llamado merchandising –que digo yo que habrá una palabra en castellano que supla al término anglófono, pero no me viene a la cabeza; tal vez Arturo Pérez reverte pueda ayudarme-, generalmente relacionado con aquellas cosas que nos gustan; léase películas, cómics, libros, música, series de televisión…

Reconozco que yo soy usuario del merchandising. Sin ir más lejos, hará poco más de una semana que acabo de comprarme una camiseta del Tour 2017 de Rammstein, pero es que una vez estar viendo el concierto, ¡qué menos que llevarme un recuerdo!

Sin embargo hay una variante del merchandising sobre todo aplicado a los grupos musicales que me ha llamado la atención: la venta de bebidas alcohólicas utilizando el nombre de los susodichos como gancho.
Creo que esta venta se podría agrupar en tres niveles atendiendo al grado de alcohol de la bebidas:

1.- Cervezas: seguramente la más extendida, ya que los precios están más al alcance de los consumidores y están más en la sintonía de la filosofía de los grupos.

2.- Vinos y cavas: Sube el nivel. Algunos grupos importantes patrocinan cosechas de vinos y cavas en distintos viñedos para que lleven su nombre. Hay algunos, como AC-DC, que tendiendo a sus raíces utilizan su nombre en vinos de la zona (australianos y neozelandeses) y que además –según cuentan los críticos enólogos- deben estar bastante bien. ¡A ver si algún día los podemos catar!

3.- Licores: De 40º para arriba. No es que sean muchos, pero es que hay de todo: whiskys, bourbons, tequilas, ginebras, vodkas… Esto ya es la “crem de la crem”. Entre que los licores en general son caros, si además le añades el plus del nombre del grupo y la edición, que generalmente es exclusiva, una botella de esta clase te puede salir por un pico. A modo de ejemplo: el whisky de los Rolling Stones que se ve en una de las imágenes cuesta 6.300 €.

Yo, dentro de la modestia, tengo un par de estos merchandising de bebidas, de cervezas en concreto: una botella de Trooper, de Iron Maiden, y una lata de Moor de Berri Txarrak.
¡A ver si  puedo ampliar la colección!


22 jul 2017

LAS BATALLAS DEL ABUELO (9) Jugando en la calle



En días de verano como hoy (o, bien pensado, en cualquier época del año) la chavalería nos juntábamos para, aprovechando las calles, los jardines, los patios y las zonas verdes del barrio –en mi caso el barrio de Alaberga, en Rentería-, jugar a todo tipo juegos.

En la mayoría primaban más la imaginación y las ganas que los materiales, ya que estos últimos solían ser en su mayoría de fabricación artesanal, hechos por nosotros mismos. Veamos:

Uno de los juegos principales del verano solían ser las CHAPAS. Lo primero era conseguirlas yendo a pedirlas en los bares y a ser posible con el fondo de corcho, que los de plástico no valían. Luego, con la ayuda de una navaja o de un cuchillo casero había que despegar ese corcho de la base de metal de la chapa para a continuación cubrirlo con una imagen o cromo -generalmente de ciclistas- y terminar forrándolo con papel celofán transparente. Tras un intenso trabajo de manualidades…¡ a jugar !

Las CANICAS eran otro clásico. Teníamos una gran variedad de canicas, desde las de barro cocido o las metálicas, que eran muy poco apreciadas, hasta las habituales de cristal que eran las que más usadas. Canicas de colo, de trébol, cubanas, canicones… una gran variedad que además conllevaban distintos valores (una de trébol= tres de colo, por ejemplo) y distintas maneras de juego: a un arra, a dos arras, a txulo,…

Algo con lo que hacíamos kilómetros de marcha era el ARO. Era el aita el que nos lo conseguía de la fábrica en la que trabajaba (no vamos a preguntar cómo)  pero todos los años teníamos uno nuevo, ya que del anterior se había perdido!!!

Otro era un juego en grupo, el de CHORRO-MORRO (en realidad coexistían dos versiones: una cuya cantinela era la de “chorro-morro-pico-tallo-¿qué?” y otra la de “manga-mediamanga-manguetón, ¿dónde está?”) en el que saltar sobre los amigos que estaban debajo era toda una gozada –hasta que te tocaba cambiar el puesto, claro!

Lo más de lo más eran las GOITIS (o goitiberas), unos artefactos que construíamos a base de maderas y rodamientos (estos también conseguidos por el aita en la fábrica de Luzuriaga) y con los que alcanzábamos velocidades prodigiosas aprovechando todo tipo de cuestas, incluidas aceras o carretera general. La adrenalina del peligro de la  velocidad en versión infantil.

Había también otros muchos juegos que practicábamos en la calle, como las CHIVAS (peonza, ziba) con sus cuerda a la que atábamos una moneda de dos reales para poder bailarla mejor, el HINCA o DÓLAR en el que usábamos un pedazo de hierro de encofrado de construcción para clavarlo en la tierra húmeda,  el YO-YÓ, y todas las figuras que intentábamos hacer con él (el dormilón, el perrito, el columpio…),  el PASAMONTAÑAS saltando sobre nuestro amigos,  a BULES,  a las patadas que le metíamos al POTE para librar a quien habían cazado, al PAÑUELITO, a hacer CHABOLAS con los retales que pillábamos del Símil-cuero, a la GOMA, y tantos otros más que se han ido difuminando en mi memoria con el paso del tiempo.

Lo que sí tengo claro es que la chavalería de hoy en día ha perdido la práctica totalidad de esos juegos, lo cual es una pena.

Nota: los nombres de los juegos los he escrito tal como los pronunciaba en su tiempo aunque seguramente tendrán una versión más académica.
Animo a quien se preste a continuar este artículo con más juegos de los 60-70 o con detalles sobre los mismos.

16 jul 2017

DE VIKINGOS A ROMANOS



Alguna vez en este mismo blog he comentado sobre mis “incursiones vikingas”, ésas en las que me desplazo a ciudades alejadas de mi localidad  para ver en directo conciertos de grupos que me gustan.

En esta ocasión, más que una incursión vikinga, de lo que se ha tratado ha sido más bien una campaña de legiones romanas, ya que esta escapada se ha prolongado durante varios días, y ha servido -haciendo honor a su nombre- para visitar asimismo restos arqueológicos romanos en la costa francesa (que a uno, además de la música, le gustan también las piedras antiguas y los restos culturales).
El concierto motivo de dicha campaña ha sido el que RAMMSTEIN daba durante tres días consecutivos en las Arènes de Nîmes, en Francia.

El que yo he visto ha sido en concreto el que dieron el día 12 de julio, del cual no tengo más que parabienes que contar: buena organización, un lugar especial y muy curioso (se trata de un anfiteatro romano), sonido limpio y de nivel, ambiente inmejorable, personal totalmente entregado… vamos, que ¡una gozada!

Ha sido costoso y bastante pesado sobre todo en lo relativo a desplazamientos, coche, comidas, alojamiento, meteorología (nos ha tocado un sol y calor inclementes), pero, de verdad, ¡ha merecido la pena!

Quizás habrá quien piense que más que vikingo o romano lo que he hecho ha sido el indio con semejante movida, pero…  ¡Lo que he disfrutado…!

 

Una pequeña muestra del concierto de RAMMSTEIN al que asistí.

8 jul 2017

MANZANITAS



En estas épocas del año no es habitual encontrarse con frutales silvestres en nuestros paseos cotidianos, y menos en zonas de mucho tránsito humano cercanas a la urbe, pero esto es con lo que me he encontrado.

Casi de casualidad me fijé que en los aledaños del camino que transcurre paralelo a la regata del biotopo de Iñurritza, frente al camping, ha crecido un arbusto de manzano silvestre (todavía no llega a la categoría de árbol -ni siquiera a la de arbolillo-  puesto que no alcanza más allá del metro de altura) que ha empezado a dar frutos con pequeñas manzanitas.

A saber cómo ha nacido y crecido ahí, ya que, si bien la Diputación Foral y el Ayuntamiento han realizado varias campañas de reforestación de la zona con árboles y arbustos de vegetación autóctona (acebo, roble, laurel, alcornoque...) lo que no se ha hecho hasta ahora es una plantación de árboles frutales.

En verdad que yo nunca había visto manzanas de este tamaño tan pequeño, y eso que suelo moverme mucho por ámbitos rurales y he pasado por manzanales varios en diferentes épocas del año.

Por eso, en cuanto las vi les hice una serie de fotos cuyo resultado se puede ver en el fotomontaje que acompaña a esta entrada al blog, en el que espero se pueda apreciar el minúsculo tamaño de las susodichas manzanitas.

4 jul 2017

11º ANIVERSARIO




Uno más y ya van 11 años en esto del blog.

En realidad el aniversario fue en junio, pero es que la edad no perdona y se me pasó bloguearlo en su fecha. 

Pero como más vale tarde que nunca, aquí estoy para ponerle las velas al blog.

Si todo va bien, continuaré dando guerra.
Avisados quedáis.

2 jul 2017

NOVEDADES VERANIEGAS


Desconozco lo que hacen en otras localidades en las que el factor verano (playas, turismo, hospedaje, comercio...) tiene cierta relevancia, pero lo que es aquí, en Zarautz, todos los años el Ayuntamiento o las entidades sociales se desmarcan con  alguna que otra novedad:

Banderas de medusas, que por cierto en los últimos cuatro-cinco años no se han visto por la playa, aparatajes  de la Cruz Roja para que las personas con minusvalías puedan bañarse con seguridad en la playa, aparcamientos eventuales (de pago, ¡cómo no!) para facilitar el acceso a los que nos visitan especialmente en fin de semana, programas de actividades múltiples culturales, deportivas, de ocio, recreativas, para vecinos y foráneos...

Este año la novedad más llamativa ha sido la instalación en el Malecón de unos contenedores para el reciclaje de las basuras utilizando uno de los iconos más tipicos del verano zarauztarra: los toldos de la playa.

Estos contenedores, diferenciados por colores según el tipo de materia a reciclar, se han colocado a lo largo del Malecón, sustituyendo a los previamente instalados, de mayor cabida y volumen, y por ahora parece que el personal los respeta (¡que esa es otra!).

Moñoños si que son.

Ya veremos como acaban el verano.

Algunos de los aparatos que la Cruz Roja pone a disposición de las personas con minusvalias para su baño en la playa.


Uno de los aparcamientos eventuales de verano en el que, como se puede apreciar en la foto, los fines de semana las colas para sacar el ticket de aparcamiento, pueden llegar a los 20 minutos, o más, de espera.