25 abr 2010

MEJILLONES VIAJEROS

Muskuiluak 1

Si nos paramos a pensar un poco, no hay ninguna imagen mejor para reflejar la idea de algo estático e inamovible que una roca. Si ésta, además, se encuentra a orillas del mar, imaginarla cubierta de mejillones incrustados a su superficie tiene un plus añadido: roca y mejillones, el no va más de la quietud y de la falta de movimiento.

Sin embargo, como se puede apreciar en las fotografías, los mejillones no están muy conformes con su suerte estática, y ya puestos, se lanzan a la aventura; son capaces de colonizar otros espacios y medrar en soportes móviles flotantes que les lleven a visitar otros mundos a lo largo y ancho del océano. Claro que a veces, estos viajes acaban mal; al igual que los turistas humanos pueden tener -y tienen- accidentes, naufragios tratándose del mar, y llegan a dar sus últimos suspiros vitales en alguna playa perdida, al sol, deshidratándose hasta la muerte.
No nos pongamos trágicos.

Lo cierto es que en multitud de ocasiones, estos mejillones viajeros naufragan en la playa de Zarautz, arrastrados por las corrientes marinas y las mareas, habiendo usado para sus desplazamientos una variedad de naves flotantes que sorprenden por su originalidad. En las fotos las naves transportadoras son troncos y ramas, pero he llegado a ver mejillones viajeros adheridos a latas, a botellas, a botes plásticos de todo tipo, a tablones, a cuerdas y sogas, incluso a botas de goma que algún pescador perdió en no se sabe que lucha con la galerna y el mar…

La pena es que esta clase de mejillón viajero no debe de ser comestible, porque nunca he visto a nadie recolectarlos. En caso contrario…Um!!!

Muskuiluak 2

11 abr 2010

CONDUCIR EN MÉXICO

Coche MÉXICO

Recién llegado de unas vacaciones en la península de Yucatán, y sin haberme recuperado aun del jet lag, no puedo dejar de comentar algunas cosas que me han llamado especialmente la atención sobre la conducción de automóviles allá en México.

Para movernos más a nuestro aire y visitar las riqueza arqueológicas de la región alquilamos (rentamos, en mexicano) un coche para varios días. Ahí empezaron mis asombros: nos dieron un coche sin placas de matrícula, como se puede comprobar por la foto. Según nos explicaron, el proceso administrativo para la concesión de la numeración de la matrícula de los coches es muy lento, por lo que con la documentación provisional (un papel rosa pegado al cristal trasero) ya se puede circular. Y así anduvimos.

Lo cierto es que se veían muchos coches nuevos sin placas, aunque también hay otra razón para que los coches carezcan de ellas: que se las haya retirado la policía por estar el coche mal aparcado, “Allá en España se lo lleva la grúa, acá le retiran las matrículas, y al pagar la multa se las devuelven”, nos dijo el empleado de la agencia de alquiler.

matrícula

Una cruz para la conducción: los topes. Así llaman los mexicanos a los badenes, los cuales te encuentras cada dos por tres en cualquier lugar, sobre todo en zonas urbanas.

Los topes pueden ser alineaciones de semibolas metálicas, cuerdas o sogas gruesas atravesadas (como las que usan los barcos para el amarre en el puerto), barras cuadradas de cemento y los pasos elevados semejantes a los nuestros. Pero a todos estos topes les une una característica común: su extremada altura y bastedad, lo que hace que todos los vehículos tengan que reducir la velocidad al mínimo, llegando incluso a pararse (autobuses, camiones) para poder “escalarlos” en primera, y no dejarse las llantas, la suspensión o los bajos en semejantes travesías. Menos mal que los tienen bastante bien señalizados!

Señal Topes

Y algo que choca al conductor europeo acostumbrado al predominio de la derecha para los cambios de sentido, salidas, etc: el retorno. Lo mexicanos denominan así a nuestro cambio de sentido, y tiene la particularidad de que casi en el cien por cien de los casos (excepto en algún escaso paso elevado) se realiza por la izquierda, con lo cual para cambiar el sentido de marcha debes cruzarte con los vehículos que circulan en el sentido contrario (en según que momentos de mucho tráfico algo arriesgadillo).