El poder comprar en estas fechas kakis en la frutería si consideramos los precios que están alcanzando los productos frescos en la cesta de la compra, es posible que se pueda considerar "un milagro", pero que además venga avalado por el Sagrado Corazón de Jesús...
No hay más que ver la etiqueta con la que algún -se supone religioso- agricultor ha puesto a los kakis para su comercialización.
¡Hace falta valor!
¡El Mesías anunciando kakis!
¿Tendrá bula el vendedor?
 Ha llegado un momento en el que ya no voy a las salas de cine puesto que en la práctica veo todas la películas en el ordenador. Por ello para animarme a acudir al cine tiene que tratarse de una película que conlleve un atractivo "especial".Eso "especial" son las imágenes en 3D, algo que sucede en la película "Avatar. El sentido del Agua". Pero para su visión hay un previo inexcusable: la utilización de gafas especiales para lograr ver las imágenes en relieve, en tres dimensiones. Estas gafas hay que comprarlas aparte de la entrada (aunque luego quedan de tu propiedad, no como antiguamente que había que devolverlas al acabar la sesión de cine). El resultado, en concreto, en "Avatar. El sentido del Agua" es espectacular, flipante, a nivel de lo lograda que está la realidad tridimensional; un autentico goce para la vista. Tanto es así que, por lo menos para mí, las tres horas y pico que dura la peli se me fueron en un pis-pas, y eso que la historia que narra en sí no es nada especial, pero la escenografía y recreación del mundo de Pandora...¡alucinante! A esperar la tercera parte. ¡En 3D, por supuesto! |
No, aunque se vean dos, no es que este año nos hayan salido mellizas en el roscón, sino que al habernos comido dos roscones, nos han salido una figurita en cada uno.
Así pues, gif animado de ambas juntitas y a la colección.
¡Hasta el año que viene!
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Será la edad, o que no tengo hijos ni nietos con los que acudir a la Cabalgata, pero lo cierto es que hacía años que no me coincidía su paso. Hoy, sin embargo, en mi marcha vespertina, me he cruzado con ella. He sacado algunas fotos, e incluso he cogido unos caramelos de los que los Reyes lanzan al público asistente. Precisamente en ese momento, al levantarme de coger un par de ellos, me he fijado en las caras sonrientes de los padres de los niños que me hacían la competencia en la recogida de caramelos, como diciéndome "¡Mira, un niño grande más!". He mirado a mi alrededor y lo que más me ha impresionado han sido las caras de toda la gente, niños y niñas, padres, madres, abuelos, jóvenes, chavales, ancianos, todos con la sonrisa y la ilusión en los ojos. Cabalgata de Reyes. Me he vuelto a casa con tres caramelos, una sonrisa y un saco de ilusión. |