26 abr 2008

POESÍA

Una poesía de un amigo.

Van-Gogh

20 abr 2008

El caso del buque "MARO"

Pasan los tiempos pero no la actitudes.
En las localidades costeras una antigua tradición hacía que el naufragio de un buque en la costa, salvando la desgracia de la pérdida de vidas humanas que podía haberse dado, constituyese para los habitantes de los alrededores una fuente de riqueza. Toda la carga, enseres, vituallas y materiales que se podían rescatar del buque naufragado, pasaban a manos y propiedad de los rescatadores. Comunidades enteras se afanaban en rescatar del mar todo lo posible del barco naufragado, sabiendo que lo que el mar les ofrecía en un momento, se lo podía llevar en otro.
Ha pasado el tiempo y, aunque se siguen dando casos de naufragios costeros, las leyes han ido cambiando y el asunto de la “propiedad” de lo rescatado se ha clarificado mucho, sobre todo a instancias de las compañias de seguros navieras.
Aquí en Gipuzkoa hace poco que se ha dado un caso de esos: el buque mercante “Maro” naufragó en la costa junto al monte Jaizkibel justo un par de días antes del famoso temporal de marzo que ha azotado virulentamente todo nuestro litoral. Se encontraban en las labores de intento de rescate cuando tuvieron que dejarlo a merced de las inclemencias del temporal, a consecuencias del cual el barco se partió primeramente en tres pedazos, para terminar reducido a un par de pedazos desperdigados por las rocas del Jaizkibel.Llegada la calma comenzó la “rapiña”. Os dejo un comentario de prensa que refleja fielmente lo sucedido y unas fotos del proceso.



“Los efectos de valor que aún quedan en el interior del buque Maro, que el pasado mes encalló en las rocas del monte Jaizkibel, están siendo retirados por particulares que casi a diario se desplazan a la zona del naufragio. Cables y piezas de metal que pueden ser objeto de una posterior venta han sido desmontados por estas personas, sin que ninguna autoridad ni responsable de la empresa armadora del barco les haya hecho ninguna advertencia. La zona en la que se hallan los restos no se encuentra vigilada.En las rocas ya sólo quedan el castillo de proa y el puente. Sin embargo, dentro del barco hay todavía algunos elementos que resultan atractivos para las personas que se dedican a la compraventa de chatarra. El cableado del Maro está prácticamente desmantelado. Asimismo, se han desmontado otros objetos como lámparas que había en la zona del puente. Fuentes consultadas han advertido del riesgo que entraña el acceso al barco y piden que se abstenga de hacerlo”.

maro 1

maro 2

maro 3

maro 4

maro 5

13 abr 2008

AGUEDA

Nacida en Galar, un pueblecito de Navarra, vino de joven a trabajar aquí a Zarautz. Aquí se enamoró, se casó y fundó la familia en la que nacería mi mujer. Viuda prematuramente además tuvo que soportar la pérdida de su hijo en accidente, pero siguió adelante y pudó disfrutar de la vida y de su nieta durante diecinueve años, hasta que una enfermedad se nos la ha llevado. Descansa en paz, ama.

6 abr 2008

IN MEMORIAM

El año pasado, en el viaje que hicimos a Grecia entre las muchas cosas que vimos había una que me llamaba especialmente la atención: en las cunetas, en los bordes de las carreteras, se erigían cantidad de pequeñas construcciones, a modo de diminúsculas basílicas, en general muy bien cuidadas (aunque había algunas abandonadas) en las cuales se encontraban velas encendidas, flores, iconos religiosos e incluso algunos alimentos.
Picado por la curiosidad, le pregunté a nuestro guía por ellas; el motivo de semejantes construcciones –dijo- era doble: unas estaban construidas en aquellos lugares en los que la gente, los campesinos, los viajeros, habían tenido “apariciones o visiones religiosas”, sucesos que por allí son tomados como algo más habitual que por aquí (me decía con un poco de sorna: “¡el sol de Grecia calienta mucho!”). El otro motivo era, tal como me esperaba, el de recordar a los muertos en accidentes de tráfico, al igual que hacemos también por otros lares. Nosotros no hacemos construcciones, ponemos algunas placas o, sobre todo, dejamos flores en los sitios en los que nuestros familiares o amigos perdieron la vida.
Muchas veces en mis caminatas entre Zarautz y Getaria suelo recordar aquellas pequeñas basílicas votivas griegas al pasar junto a las flores que alguien pone en la barandilla del paseo (foto inferior), por cierto ambas desaparecidas con el último temporal de marzo. Seguro que en cuanto reparen el barandillado reaparecen las flores.

In-Memoriam
Nota: la foto es de septiembre de 2007.