28 mar 2015

LAS BATALLAS DEL ABUELO: (3) EL PARAGUAS

Esta última temporada de lluvias que estamos padeciendo me ha traído el recuerdo de una anécdota de mis tiempos infantiles.

Allá por 1966, en Rentería, donde yo vivía, no había Instituto de Enseñanzas Medias, por lo que si queríamos estudiar el entonces denominado Bachillerato Elemental, teníamos que desplazarnos hasta San Sebastián, la capital de la provincia, a unos ocho kilómetros.

Para ello utilizábamos el llamado “Topo”; un ferrocarril eléctrico de vía estrecha en el que en horas punta de mañana y tarde nos amontonábamos toda la chavalería del pueblo y la de los limítrofes para acudir a los dos Institutos que había en San Sebastián, uno para chicos –el Peñaflorida- y otro para chicas –el  Usandizaga-, relativamente cercanos a la estación de nuestro querido “Topo” en el barrio de Amara.

En el “Topo”, uno de los lugares más codiciados por la chavalería para hacer el viaje  eran los “balcones”,  los lugares de acceso a las máquinas y a los vagones que quedaban abiertos al aire libre (ver foto).

En uno de ellos me encontraba yo uno de los muchos días de sirimiri de aquellos inviernos, jugando con el paraguas hacia el exterior de la máquina, cuando, de repente, y sin saber bien cómo, mi paraguas se trabó con los setos que separaban las vías del paseo de Amara, y me encontré, de buenas a primeras, únicamente con el mango del paraguas en la mano. ¡Sólo con el mango de madera del paraguas!


Cuando llegué a casa con mi mango de paraguas en la mano como testigo de mis “aventuras”, me cayó una buena. Pero ahora, desde la perspectiva, creo que a mis espaldas mis padres se debieron reír mucho por mi ingenuidad infantil.

21 mar 2015

CREMAS Y POTINGUES

Desde tiempo inmemorial la cosmética, los afeites, las cremas y el cuidado de la piel y de la cara han estado en general ligados al género femenino, si bien siempre ha habido un pequeño porcentaje masculino que se ha sumado, desde una perspectiva un tanto “reservada” a dichos menesteres.

Actualmente, o mejor dicho, de un tiempo a esta parte, el número de varones que se han incorporado al cuidado y tratamiento de la piel ha aumentado de manera exponencial. No hay más que ver el espacio que se dedica en perfumerías, hipermercados y grandes centros comerciales a la cosmética masculina, cada vez más en boga.

Sin embargo, los hay que, como yo, lejos de la estética perseguida por los nuevos jóvenes varones de nuestro tiempo, nos vemos obligados por  necesidad a recurrir a este tipo de productos, debido a enfermedades de la piel.

Padezco desde hace muchos años una dermatitis atópica que se encuentra especialmente focalizada en la cara y el cuero cabelludo, y que se manifiesta en forma de rojeces, descamaciones, agrietamientos y escarificaciones con un resecamiento generalizado de la piel. Así pues, y por consejo de la dermatóloga, mi vida es un estar inmerso en el mundo de las cremas.

Empiezo el día con el after shave, sin alcohol, por supuesto, después del afeitado. Sigo con la crema hidratante, a medio día/primera hora de la tarde me toca la anticancerígena –para ir previniendo, (que todo llegará)-, y por la noche para terminar otra hidratante y reafirmante.

¡Ah!, y todo esto sin olvidar que, según mi dermatóloga, yo no puedo salir a la calle sin haberme dado la crema solar protectora factor 50+, incluso en días nublados, ya que mi tez blanca bajo la luz solar es propensa a potenciar todos mis problemas dermatológicos (en esto no le hago mucho caso puesto que solo me la doy cuando hace sol).

Y para rematar, el champú, que también es especial; un compuesto a base de breas que mitiga el exceso de dermatitis seborreica del cuero cabelludo.

En este tema lo que más rabia me da es que todos estos productos, necesarios para hacer frente a una enfermedad cutánea, no están incluidos en las prestaciones de la Seguridad Social ya que los consideran como algo cosmético y no como algo curativo, por lo que hay que pagarlo aparte.

Y, la puntilla …! es que cuestan un pastón!

 Mis cremas diarias

14 mar 2015

AUTOPISTAS AÉREAS



“¡Mira, un avión!”, es una frase que todos hemos dicho alguna vez a los niños para hacerles ver que en ese momento nos sobrevolaba alguna aeronave,  pero creo que tendremos que ir pensando en ir cambiándola por: “¡Mira, cuántos aviones!”.
 
Y es que, de un tiempo a esta parte, por lo menos aquí en Zarautz, la cantidad de estelas blancas que indican el vuelo de los aviones, ha aumentado de manera asombrosa. Cualquiera diría que nos han abierto una nueva autopista de paso cotidiano en nuestro espacio aéreo.

A modo de ejemplo: el pasado viernes, al mediodía, a las 13:00 horas, mientras nos tomábamos un txakolí entre amigos, contamos en un lapso de cinco minutos nada menos que trece estelas de aviones en el cielo, la mayor parte siguiendo una especie de “autopista” de cinco/seis carriles en la que circulaban, a diferentes alturas, otros tantos reactores en  el mismo camino y dirección, siguiéndose unos a otros con escasos intervalos, mientras que otros dos o tres se mantenían paralelos en la distancia, y un par se cruzaban con los anteriores formando unas equis super marcadas en el cielo azul.

Para quien se digne alzar la mirada al cielo, hay que reconocer que se trata de un verdadero espectáculo.

Las estelas de los aviones


Estas estelas a gran altura (contrails en inglés) no son ni más ni menos que nubes que se forman cuando la salida de los gases de escape del motor (en su mayoría aire a presión) se enfrían de forma brusca y se convierten en pequeñas gotas de agua que casi inmediatamente se congelan debido a la temperatura reinante a grandes alturas (habitualmente, por debajo de los -50ºC).


Lo más habitual es que la estela adopte una forma bastante recta siguiendo la trayectoria del avión, pero en algunos casos puede adoptar formas irregulares, o incluso aparecer a trazos. ¿Por qué sucede esto? Como decía arriba, las estelas de producen por la condensación y la congelación, y ambos factores dependen tanto de la presión atmosférica como de la temperatura.


El porqué hay zonas en las que suele haber muchas estelas que se entrecruzan tiene también una sencilla explicación: como seguramente muchos ya sabréis, los aviones comerciales siguen rutas preestablecidas durante sus vuelos, y estas rutas tienen cruces a veces en muchas direcciones.

* Información obtenida de la web: 
 

7 mar 2015

LAVA AZUL




He contado más de una vez en este blog que uno de mis deseos pendientes es el de visitar un volcán en activo y poder ver como fluye la lava en vivo.

Así es que, cuando descubrí hace poco en Internet la existencia de un volcán en el que, además, se da la circunstancia especial de que su lava es azul, el nivel de deseo subió varios puntos.

El volcán en cuestión se llama Kawah Ijen y se encuentra en Indonesia, por lo que las posibilidades de verlo in situ quedan muy, pero que muy, lejanas para mí, ya que se encuentra en un lugar para el que no existen líneas de comunicación regulares, ni paquetes vacacionales que te acerquen al sitio, ni cosas por el estilo: un lugar para aventureros y exploradores, más o menos, cosa que no soy.

La curiosidad más importante de este volcán se centra en sus lavas azules nocturnas (algunas de la cuales se pueden ver en las imágenes y vídeos de este post), que son causadas por la gran cantidad de azufre que conforma el terreno en el que se encuentra el volcán y que al arder en contacto con la lava produce las llamas de color azul que le confieren su peculiaridad colorido.

Kawah Ijen, un volcán y un espectáculo verdaderamente interesante. 

¡Lástima! Habrá que conformarse con verlo en modo diferido por fotos e imágenes grabadas.
Volcán Kawah Ijen (Indonesia)