25 feb 2017

CARNAVALES VASCOS: Euskal Inauteriak

"Los Carnavales tienen su origen en la época romana y se celebran sobre todo en lugares de tradición católica, antes de la cuaresma.
En Euskal Herria se celebran principalmente dos tipos de Carnavales, los que conservan antiguos elementos simbólicos, y los más modernos.
En los del primer grupo se encuentran las mascaradas de Zuberoa, los Zanpantzar y los carnavales de Lantz, por ejemplo. En los del segundo grupo, en cambio, los de Tolosa y los de las grandes ciudades.

Los contrastes entre ambos carnavales son evidentes y hay gran diferencia tanto en su extensión geográfica como en la forma de celebrarlos.
En la mayoría de las localidades los Carnavales guardan estrecha relación con el euskera, tal como lo manifiestan los nombres de los personajes de la fiesta.

   Maskaradak de Zuberoa, Carnaval rural 

Las representaciones y farsas carnavalescas tienen su máxima expresión en las mascaradas invernales del territorio de Zuberoa.

En éstas se entremezclan danzas itinerantes, juegos, bromas, indumentaria llamativa y en contraposición ropas viejas, cuestación, participación popular, exhibición, simulacro de oficios y razas marginales, lenguajes variados y satíricos, y música.

En la mascarada suletina se escenifican con vestidos rojos o negros a personajes incorporados a la antigua mitología vasca.

Ituren y Zubieta: Zanpantzar

Caracterizados por sus comparsas de Zanpantzarrak que recorren ambos pueblos agitando sus cencerros para simbolizar el despertar de la naturaleza y ahuyentar a los malos espíritus. Comienzan en Zubieta el lunes posterior al último domingo de enero. Los zanpantzar o ioaldunak (el que porta ioaldeak, cencerros) recorren el tramo de Zubieta a Ituren (Navarra) y al llegar los vecinos les obsequian con almuerzos y música. Al día siguiente se repite, pero esta vez son los joaldunak de Ituren los que visitan Zubieta. El objetivo de los zanpantzar o ioaldunak consiste al parecer en ahuyentar a los malos espíritus e intentar despertar las energías de la naturaleza al final del invierno.
Otros personajes de estos carnavales son el hartza(un oso con cabeza de carnero, cubierto con pieles de oveja que encabeza al grupo de zanpantzar), o el maestro aparejador, encargado de colocarles los cencerros o ioaleak.

Tolosa, Carnaval urbano
El Carnaval, a pesar de haberse mantenido, muchas veces al ambiente rural, se ha conservado, desarrollado y adaptado perfectamente en enclaves urbanos, adquiriendo más fuerza y vida si cabe.
Un ejemplo de ello es Tolosa que superando épocas duras y de represión, conservó su Carnaval contra viento y marea. Tolosa es un gran disfraz, desde la simple "chilaba" hasta el más sofisticado que se pueda uno imaginar. Feria taurina, desfiles de carrozas y comparsas, concurso etc. hacen de Tolosa el carnaval urbano de referencia." (*)



En mi escuela los temas de Carnavales van variando cada curso escolar, y precisamente este año tocaban los "Carnavales Vascos - Euskal Inauteriak"
Como soy un "salsero multimedia", y aunque ya estoy jubilado, me llamaron para documentar el festival carnavalero que se ha celebrado en la escuela. El resultado ha sido una página web con fotos y vídeos de las actuaciones que dejo a continuación (clicar en la captura para verla).

http://orokieta.wixsite.com/inauteriak-2017


(*) http://www.hiru.eus/cultura-vasca/carnaval
    https://es.wikipedia.org/wiki/Carnavales_en_la_cultura_popular_vasca


18 feb 2017

INSTANTÁNEAS: El momento oportuno



Prácticamente todos los días que salgo a caminar me llevo la cámara fotográfica. Me gusta hacer fotos, y he comprobado que en muchas ocasiones que no llevaba la cámara  encima me he quedado con las ganas de haber sacado alguna foto que se me “cruzó” en determinados momentos, y que perdí precisamente por no haberla cogido.

Partiendo de la base de que cada foto es única, que captura un momento irrepetible y muy concreto de la realidad que nos rodea, es cierto que muchas fotos se pueden “planificar”, sobre todo aquellas que tienen un motivo, digamos, fijo (léase un monumento, una escultura, un paisaje determinado…) ya que podemos tener en cuenta una serie de parámetros (luz, hora del día, posición del sol, perspectiva…) antes de darle al disparador en función de la fotografía que tenemos en mente, ya que muchas fotos las sacamos primeramente en la cabeza antes de capturarlas con la cámara fotográfica.

Pero en otras muchas ocasiones todos esos parámetros, más o menos previsibles, saltan en pedazos y no son aplicables porque se nos presenta la oportunidad de sacar una fotografía en escasos segundos, pasados los cuales, esa imagen que nuestra mente y nuestro ojo habían captado se ha esfumado en un instante. Es sacar la cámara y disparar sin casi tiempo para encuadres, zooms y demás gaitas: 
Se trata de capturar la instantánea.

Gracias a la fotografía digital, más adelante vendrán, si la foto ha salido “decente”, los posibles retoques que por medios técnicos y programas de tratamiento de imagen en el ordenador, nos permitirán “pulir” la foto.

Las fotos que acompañan este post son tres instantáneas de esas que he citado; en la de las nubes el efecto de color duraría dos minutos a lo sumo, mi primera intención tras sacar un par de fotos del efecto fue llegarme hasta la escultura “La Dama”, a escasos 200 m, para fotografiarla en primer plano con las nubes de fondo, pero ya no medió tiempo, el efecto se esfumó dejando unas nubes grises de lo más normales. En la foto del arco iris sucedió algo semejante, me pilló el chaparrón tormentoso, y cuando pude refugiarme en los soportales del Malecón, apareció el arco iris otro par de minutos. En la foto de la mariposa seguro que batí el record ya que únicamente tuve unos 20 segundos para sacar la cámara del bolsillo, encenderla, acercarme un poco y disparar. Luego salió volando y aunque la estuve siguiendo durante un rato ya no tuve otra oportunidad de fotografiarla.

Así que seguiré saliendo con la cámara en el bolsillo, que aunque no sea gran cosa -es una Sony automática- me permite tomar instantáneas.
Cielo rojo al anochecer en Zarautz


  Arco iris en el Malecón

 
Mariposa pavo real en el Biotopo de Iñuriitza




11 feb 2017

HISTORIAS DE LA P*** MILI (3) ¡Comida!



He de reconocer que durante muchos años fui lo que se llama “un mico comiendo”. El trabajo que dí en casa y lo que hice sufrir a mi ama y amona*, que eran quienes se afanaban en hacerme las comidas más llevaderas, poniéndome para comer casi en exclusiva los platos que me gustaban, es algo que ahora, desde la distancia, valoro de manera absoluta.

O sea que, mientras estuve en casa de adolescente y de joven, aunque tenía problemas con la comida, lo fui sobrellevando. El problema se presentó cuando me tocó hacer la mili; allí no había una familia que pudiera darme todos los mimos culinarios a los que estaba acostumbrado.

El proceso de adaptación fue duro.

Es notoriamente conocido que el rancho de los cuarteles militares no era, lo que se dice, algo que destacase por su calidad y variedad ni por su esmerada elaboración (a todos nos tocó pasar alguna vez por la cocina y veíamos lo que se trajinaba allí), por lo que, una vez aceptado por mi parte que el comedor del cuartel era lugar “non grato”, tuve que buscarme la vida para no morir de inanición.


En la época de la mili aprendí a comer, entre otras cosas, una variedad de bocadillos que ni hubiese pensado existieran con anterioridad: fríos y calientes, de una extensa variedad de embutidos de todas las clases y colores, de tortillas de todos los tipos e, incluso, de alimentos procedentes del enlatado (¡hasta de mejillones en escabeche!).

Otra de las variantes de mi sustento eran las tabernas especializadas. Yo hice la mili en Madrid, por lo que de esas había bastantes. Recuerdo en especial la zona  trasera de Sol en donde solía comer para cenar unas tortillas bravasque acompañadas por un par de cañas eran algo sublime (aun hoy en día en mis viajes regulares a Madrid, aunque hayan pasado casi cuarenta años, suelo buscar un tiempo para hacer una visita a esos lugares y comerme una tortilla brava, solo que ahora ya es más en plan degustación, que en plan supervivencia).

De vez en cuando, tocaba algún restaurante, económico, que no estaba la cartera para grandes derroches, y de aquel tiempo me he quedado con dos platos, la fabada asturiana, de un pequeño bar restaurante en la zona norte de Madrid, cercano a piso patera que teníamos, (que en realidad, visto desde la perspectiva del tiempo, no era más que una lata recalentada) y las pechugas de pollo a la Villaroy, que descubrí en un restaurante en la trasera de Opera.

De todas formas el plato estrella, tanto para mí como para muchos de los reclutas que estábamos cumpliendo la mili, era “el completo” (ver foto). No era un plato al que tuviésemos acceso todos los días, pero en cuanto podíamos, allá que nos íbamos por él.

Justo enfrente del cuartel, al final de la Calle Aturo Soria, había un bar que yo creo subsistía casi exclusivamente en base a los parroquianos militares habituales de enfrente. En el bar lo típico para todos nosotros era sentarnos a degustar con fruicción –hambre acumulada- un completo.
¡Aquello si que era el summum!, la tabla de salvación de nuestros estómagos naufragos y sin calorías.

(*) ama y amona = madre y abuela

4 feb 2017

FOTOGRAFÍA NATURALISTA

Iñurritza es uno de los espacios naturales con los que contamos en Zarautz.

Se trata de un Biotopo protegido situado al este de la localidad formado por un espacio litoral constituido por el estuario de la regata Inurritza y la franja costera existente a ambos lados de la misma. Es un espacio reducido, de unas 50 hectáreas, y en el que se pueden observar algunas de las mejores representaciones de los ecosistemas más característicos de la costa vasca.


En Iñurritza se aúnan flora y fauna específicas del biotopo, pero sobre todo cabe destacar la variedad de aves que habitan el lugar. Varias son residentes habituales del hábitat, y otras muchas se pueden ver según la estacionalidad: aves de paso y migratorias.


Es precisamente en este ámbito en el que se mueve un fotógrafo aficionado de la localidad, Bittor Mutiozabal, quien se dedica de manera habitual a fotografiar las aves que se encuentran en Iñurritza para después colgarlas casi diariamente en una página web.


En muchas ocasiones, en mis marchas habituales, me suelo cruzar con él, siempre cargado con su cámara y su enorme teleobjetivo que le permiten acceder a muchos rincones del biotopo que, a los que los andamos por allí nos están vedados de ver de manera simple con nuestros ojos, pero que sin embargo él es capaz de observar y fotografiar. Y es que, además, tiene ojo para captar el momento oportuno de la vida de las aves del lugar.


Un reconocimiento especial para Bittor Mutiozabal por la labor de divulgación de la fauna avícola del biotopo de Iñurritza.

http://zarauzkohitza.eus/komunitatea/bittor-mutiozabal


Se puede acceder a la página web de Bittor clicando en la imagen de captura.