De vez
en cuando viene bien echar la mirada hacia atrás para intentar comprender
nuestro hoy en día.
Rentería
–Errenteria en la actualidad- ha tenido desde hace mucho la categoría de ser un
pueblo industrial, pero para eso son necesarias las industrias, algo que si
miramos a nuestro alrededor son algo que ya no abundan.
Pero
las hubo, y muchas.
Cabe
decir, por ejemplo, que a los habitantes de Rentería –Errenteria- durante mucho
tiempo se les conoció como “galleteros” (por la Fábrica de Galletas La Ibérica, más conocida como Olibet por la familia que la regentaba). En mi nublada memoria tengo vagas
imágenes de acudir a sus instalaciones con mi amona a pedir galletas rotas, de
aquellas que no se podían envasar, pero no estoy muy seguro de esos recuerdos
infantiles…
En
realidad los principios de la industrialización en Rentería vinieron de la mano
de las empresas textiles, la muy importante Fábrica de Lino –que siempre conocí cerrada y casi en ruinas-, la Fabril Lanera, la fábrica de Mantas, la de Yute,
la de Similcuero a la que nos
colábamos de chavales a por pedazos y retales para fabricar nuestras chabolas …
Más
tarde llegaron las empresas,
llamémoslas, técnicas que fueron las que convivieron con nosotros en nuestros
años de niñez/adolescencia allá por los 50-60-70. La Papelera Española (hoy Papresa) que tanto trabajo y olores
proporcionó al pueblo –y continúa en activo- , la tornillería de Pekin, que en realidad tenía un nombre
larguísimo si bien fue sustituido por sus trabajadores (supongo que porque
trabajaban como chinos), los Laboratorios
Carasa de los que nos surtíamos de botellones de champú rosa, Luzuriaga y su metalurgia en donde hoy
en día se alza el edificio de la Ertzantza en Matxain, la Esmaltería Guipuzcoana (¡la cantidad de pucheros, cacerolas y demás
que había por todos los hogares del pueblo!, Niessen, y todo su aparataje eléctrico; ¿quién no tenía en casa
enchufes e interruptores de su marca?...
Todo
ello dio origen al fenómeno industrial que duró hasta que las industrias empezaron
a desaparecer o a trasladarse del centro del pueblo a otras áreas industriales
como la de Oiartzun (Niessen, Carasa..) dejando lugar para la construcción de
nuevas viviendas y barriadas, que en algunos caso mantienen los nombres
originales de las empresas que alli se erradicaron (Olibet, Niessen).
Rentería
industrial, sí, pero antes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario