15 abr 2018

FOTO POESIA



Texto: KEN ZAZPI (“Ilargia”)
Fotografía
,
montaje y retoques: Jokin Izar

VINTAGE, O ALGO ASÍ


¿Quién no oído hablar del vintage en algunas de sus últimas varias acepciones, especialmente referidas a la moda y sus complementos?



Según la Wikipedia: Vintage (cosecha) es el término empleado para referirse a objetos o accesorios con cierta edad, que no pueden aún catalogarse como antigüedades, y que, como los buenos vinos, se considera que han mejorado o se han revalorizado con el paso del tiempo (… )La palabra vintage se utiliza para referirse a aquellas prendas o accesorios que han sobrevivido al menos veinte años después de su creación convirtiéndose en un clásico preciado.”



Y todo esto, “¿a qué viene?” se podría preguntar alguien que pasase por este blog.

Respondo: pues a que en mi cotidianeidad me suelo encontrar con prendas que podrían tildarse de “vintages” y a las que no doy especial relevancia. Ejemplos:


- Un reloj (ver foto) de un modelo tipo que se ha puesto muy de moda. Este, en concreto, es original; tiene unos 25-27 años como mínimo y lo tengo asociado con recuerdos de una escuela en la que estuve destinado.


- Un chandal (ver foto). Este tiene 37 años justos, que ya es decir para una prenda de vestir que todavía utilizo para estar en casa cómodamente. La verdad es que sólo me queda la sudadera, pues el pantalón, de uso, roces y desgaste acabó en el reciclaje hace ya varios años.


Tiene una historia particular: 

Lo compré en Francia, en Hendaya con los francos que conseguí trabajando en verano en el bar de la playa de Fuenterrabía, de cara al próximo curso escolar que iba a comenzar en la escuela de Lezo, y para el que me habían dicho que tendría que dar las clases de gimnasia de la segunda etapa de EGB.

Fue toda una movida el pasar al otro lado de la frontera (eran otros tiempos) y hacer la compra, pero ahí está!



No sé si para otras personas estas prendas –y otras semejantes que no han aparecido por este post, pero que podrían- tendrán un valor especial por ser “vintages”, pero para mí tienen más un valor sentimental que pecuniario.

7 abr 2018

LAS BATALLAS DEL ABUELO (11) Bailes y Discotecas


La pegatina del APOLO no es original, es una recreación que he hecho en base a un dibujo sumamente parecido -en mi memoria-. Las otras dos, del PENNY LANE y de CEREBROS son originales y se encuentran en mi colección particular. 

A finales de los 60 principios de los 70 del siglo pasado (¡qué lejano suena!) nos vimos inmersos en lo que se llegó a llamar “música moderna”. Eso se traducía especialmente en el campo de los discos, la radio, los guateques… y los bailes.

Fue en esta época cuando también surgieron las discotecas.

En Rentería la primera que se puso en marcha fue PENNY LANE, allá por 1969, en el barrio de Iztieta. Al poco tiempo y justo al lado, en la misma calle y a escasos 20 metros de su puerta de entrada, se inauguró APOLO, y con un par de años de diferencia, más o menos, fue CEREBROS la discoteca que se puso en marcha.

Mi relación con ellas, dada la edad, fue prácticamente nula, excepto con la APOLO, a la que asistí dos o tres veces cuando había sesiones matinales los domingos y tenían manga ancha con la edad de entrada (yo andaría por los 16 o así).

Lo que si me marcó de ese primer contacto con las discotecas, del APOLO en concreto, fueron dos cosas:

- las luces negras, que veía por primera vez, y que hacían que la ropa, algunas bebidas con base de tónica y muchas de las pinturas de las paredes de la sala brillasen fosforescentemente, y

- un disco en especial, T-Rex “Hot Love”, que ponían a menudo y que gustándome especialmente incluso llegué a comprar.

Otra de las curiosidades que me unieron a estas primeras discotecas en Rentería fueron las pegatinas promocionales.

Cada una de ellas tenía la suya propia, con su logo particular en colores “fosforitos” para pegar en la parte interior de las ventanas de los vehículos y con las que inicié una colección. 

Todavía conservo algunas.

De todas formas, en aquella época de adolescencia de lo que más tirábamos era del baile de los domingos en Oiartzun o en la Alameda donde PLAKTON bordaba todos los temas de actualidad del momento como Deep Purple, Uriah Heep, Carlos Santana


1 abr 2018

ESQUELAS


Seguramente serán unas de las páginas más visitadas a la hora de leer el periódico. Algunos preferirán los deportes, lo internacional, la cultura o las páginas de opinión, pero todos recalamos, aunque sea por un momento, en las de las esquelas, sobre todo teniendo ya una edad.
Y es que, por lo menos aquí en Gipuzkoa, tenemos tradición.

Es posible que uno de los factores que hacen posible su proliferación venga dado por las propias compañías aseguradoras de decesos (Santa Lucía, El Ocaso,…) ya que incluyen entre sus prestaciones de servicios al fallecimiento la inclusión de una esquela en un periódico a elección de la familia, y ése aquí suele ser generalmente El Diario Vasco DV, quien se lleva más del 90% de las esquelas que se publican en la provincia.

Una característica de estas esquelas es que, además de los nombres de la persona fallecida, la de sus familiares directos y los datos de horas de entierros, funerales y parroquias, todas llevan foto (prácticamente al 100%), algo que no es habitual en los periódicos de otras provincias y comunidades.

Además de las “esquelas normales”, ya mencionadas, hay de otros tipos:

Esquelas de agradecimiento”: se publican por lo general un par de días después de haberse producido el deceso, y en ellas la familia, ante la imposibilidad de darlas personalmente, da las gracias a todas las personas que les han dado el pésame, las condolencias y han asistido a los actos celebrados en honor de la persona fallecida.

“Esquelas de primer aniversario”: es una costumbre muy habitual en esta zona. Al cabo del año del fallecimiento se celebra una misa en memoria y se dan los datos de horario y parroquia.

Hay otro grupo de esquelas que son las que a mí me llaman la atención sobremanera. Aparecen de forma irregular intercaladas entre las esquelas ordinarias y me asombran por la cantidad de años de aniversario de los fallecimientos que presentan. Yo las denomino Esquelas Memoriales, y es que parece que las familias o las personas que las ponen además de seguir manteniendo viva la memoria del fallecimiento de la persona querida, necesitan el publicitarlo en el periódico haciéndolo extensivo a la sociedad.
Uno no es psicólogo, pero creo que los que contratan este tipo de esquelas, aunque los años sigan pasando, todavía no han llegado a superar la fase del duelo tan necesaria para llevar a cabo una vida normal tras una pérdida tan dolorosa como es la muerte de un ser querido.