Estos
últimos años la costumbre de lanzar cohetes, petardos, tracas, bengalas y
diversos fuegos de artificio para celebrar la llegada del Año Nuevo se ha ido
extendiendo de manera exponencial.
Y no
solo en la Nochevieja. Este mismo año, aquí en Zarautz en concreto, incluso en
Nochebuena hemos estado amenizados por los pirotécnicos urbanos aficionados que
se han dedicado a dar rienda suelta de sus quemas particulares.
Yo
creía que este tipo de actividades estaban prohibidas; es más, en esta zona la
gente pasaba al otro lado de la frontera, a Hendaya, y en los comercios franceses
del ramo el personal se agolpaba para comprar este tipo de productos porque
aquí no se podían conseguir.
Pero parece que las cosas van cambiando; la legislación, no sé.
Lo que si he constatado es que ya hasta nos buzonean con catálogos de artículos pirotécnicos cual de si juguetes navideños o productos de supermercado con ofertas se tratase.
¡Uy, la que nos espera!
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