30 may 2015

LA HUERTA DE AVELINO

Cuando llega la hora de la jubilación oficial y termina la rutina de ir al trabajo todos los días, las personas se dedican a realizar otras actividades con las que ocupar el nuevo tiempo libre de que disponen.


La ocupaciones post-jubilacionales son múltiples, pero quizás una de las más habituales es la de dedicarse a cuidar una huerta. Y ese es el caso del que va hoy este post. Pero, ¡ojo!, no se trata de una huerta cualquiera, sino de una muy especial en la que concurren características muy peculiares. Las imágenes que acompañan al post pueden dar buena cuenta de la singularidad de la misma.


Como se ve, se trata de haber aprovechado un terreno urbano en medio de un barrio de Zarautz, que alucina por sus características: una estrecha y larga franja de tierra en el espacio que separa el muro de la comunidad de las Clarisas y el encauzamiento del riachuelo que atraviesa el pueblo, más conocido como “río Pestes”.


En este exiguo terreno, Avelino, pintor retirado (de los de brocha gorda) ha creado una huerta, que es el asombro de toda la gente del pueblo y de los alrededores, por su trabajo y disposición, así como por el cuidado con el que se dedica a su mantenimiento.


Queda a la vista la ordenada organización de los espacios para las distintas plantaciones de los vegetales y hortalizas que cultiva, así como las nuevas técnicas que aplica para obtener los mejores resultados en su huerta: micro invernaderos individuales para los brotes de los plantones con bidones plásticos, redes para proteger las plantas de la voracidad de las aves urbanas, discos CD colgados para espantar pájaros…


Una huerta en verdad admirable.


Es más, igual le propongo que se presente al Guiness de los Records como el patatal más estrecho del mundo, ya que su plantación de patata no excede del medio metro de anchura.


Bromas aparte, hay que reconocer el mérito que tiene Avelino al haber creado un huerto que es la admiración de todo el pueblo.

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