Para
los que nos movemos por las costas y las playas, tanto por vacaciones como por
residencia, hay unos establecimientos que destacan principalmente en esta
temporada veraniega: los chiringuitos.
Sí, los
chiringuitos, esos lugares de muchas y variadas clases que crecen al
albor de las aglomeraciones de gente que se producen en playas y similares para
satisfacer las necesidades fisiológicas propias del calor y del sol.
Muchos
de estos chiringuitos son en realidad verdaderos establecimientos de
hostelería de categoría, bien establecidos, permanentes y con instalaciones
fijas que no dependen de los períodos estacionales; asentados durante todo el
año manteniendo un servicio diario y permanente.
Todos
conocemos muchos chiringuitos, mejores y peores, pero en esta ocasión quiero
mencionar a uno en concreto.
Se
trata de un establecimiento para el que, quizás, el término de chiringuito no sea el más adecuado ya que mezcla las
características de un snack bar con cafetería y music bar de copas chill out
(éste nocturno), pero al que nosotros lo bautizamos así por encontrarse al lado
de la playa en medio del paseo marítimo de Playa Blanca, y al que acudimos con
regularidad siempre que nos encontramos en la localidad, tanto los mediodías
para comer algo, como por la noche para disfrutar de un café y del ambiente
tranquilo con música suave.
El “Dorada Night”, junto a la Playa
Dorada, en Playa Blanca, Lanzarote, nuestro chiringuito de referencia
en Canarias.
(Un
recuerdo especial para Olga y Chus, las camareras del turno de noche por su
amabilidad, competencia y profesionalidad).
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