27 may 2017

LAS BATALLAS DEL ABUELO (8) Los cines del pueblo








A quienes nos gusta el cine y ver películas, alguna vez deberíamos volver la mirada atrás y regresar a los orígenes en los que se basó nuestra afición.

En mi caso este inicio cinematográfico se sitúa en los antiguos cines de Rentería.
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1.- Los LUISES:

Era una sala que estaba situada a la altura de lo que hoy en día es Correos. En realidad no se trataba de un cine como tal propiamente dicho, sino que era una especie de salón parroquial (hasta se daba Catequesis en él) en el que los domingos a primera hora de la tarde se proyectaban películas para la chavalería.

Un primer piso con suelos de madera y amplios ventanales de balcones a calle Viteri, donde se extendían sillas plegables de madera, y en el que los “descansos” de las sesiones venían marcados por el fin de los rollos de la película que había que rebobinar antes de seguir con la proyección.

Con la barra de caramelo en la mano, forrada de celofán, a la que, chupa que te chupa, afilábamos hasta extremos increíbles, asistimos aquí a nuestras primeras experiencias con el cine, viendo y disfrutando todos los clásicos (Charlot, el Gordo y el Flaco, Abbot y Costello, Cantinflas…) y alguna que otra peli infiltrada que no era especialmente para niños como El monstruo de la laguna negra” que me creó un pequeño trauma (ver: blog).

2.- El REINA

El cine por excelencia en Rentería. Aunque su verdadero nombre era Sala Victoria todo el mundo lo conocía como “El Reina”.

Sito al final de la calle Viteri, era una sala de cine tipo con todas sus dependencias: una planta baja de butacas con una gran pantalla, taquillas, y un anfiteatro en primera planta con distinción entre “gallinero”, anfiteatro y delantera de anfiteatro (de gran demanda entre el público ya que no tenías a nadie delante y además podías observar el patio de butacas, si bien la curvatura interna de cemento del balcón no era muy cómoda, en mi opinión).

A nivel de proyecciones las tenía también de todas las clases posibles: sesiones de tarde y noche, sesión infantil los domingos, sesiones continuas y dobles, numeradas y sin numerar, para todos los públicos, para mayores de 14 años, de 18 años, en blanco y negro, en color, en  cinemascope… vamos, el pack completo.

En el Reina vimos de todo siendo la base principal de nuestra afición al cine.

3.- ON-BIDE

Algo más moderno que el Reina estaba situado al final de una tremenda cuesta en el callejón que unía la calle Santa Clara con la calle Arriba.

Constaba de dos plantas, una baja de butacas, y otra alta en el primer piso que conformaba un anfiteatro en forma de U con bancadas laterales.

Era el que más a desmano nos quedaba para los que vivíamos en Alaberga, pero de todas formas era una sala bastante habitual para ver películas. Recuerdo especialmente Siete novias para siete hermanos” a la que nos llevaron el aita y la ama y que mi hermano vio sentado en las rodillas del aita, o “La conquista del Oeste” en color y Cinemascope.

De aquellos tiempos en el On-Bide tengo otro recuerdo curioso: dentro de la sala vendían chuches y por una temporada me dio por comprar y comer “Conguitos” mientras veía las películas.

4.- ALAMEDA

Fue el último que se abrió al público en Rentería. Estaba en la Alameda en un local que era parte del antiguo Batzoki, por lo que debido a las circunstancias políticas de la época, estuvo cerrado durante muchos años. Pero a raíz del inicio de la apertura se le dio licencia y se constituyó como el tercer cine del pueblo.

Desde mi punto de vista era una sala un poco “rara”, ya que durante una temporada proyectó películas que no iban con la media de la programación cinematográfica habitual de la época. Tenía un toque de “Sala de Arte y Ensayo” y ahí se podían ver las películas “verdes” de la época.

5.- DON BOSCO

En realidad no se trataba de una sala comercial al uso. Se trataba del salón de actos del colegio Don Bosco habilitado para la proyección de películas, que toda la chavalería de la zona –fuese alumno o no del colegio- aprovechaba para ver los domingos por la tarde, después de los partidos de fútbol-, aunque eso sí, con más de un corte, especialmente en escenas de besos y así.

Vaqueradas y pelis de romanos principalmente son el recuerdo que me queda de aquellas proyecciones con mención especial a “La caída del Imperio Romano”.


Notas:

* Lo relatado en este artículo está basado en recuerdos personales fruto de mi memoria, la cual cada vez se difumina más en cuanto retrocede en el tiempo. Por ello todas las rectificaciones, precisiones o puntualizaciones que se puedan hacer serán bienvenidas en aras a una mayor realidad.

* Prácticamente la totalidad de las fotos están obtenidas de la página Flickr de  Javier Recuerda Reina (http://bit.ly/2r9s0GE)

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