Seguramente
serán unas de las páginas más visitadas a la hora de leer el periódico. Algunos
preferirán los deportes, lo internacional, la cultura o las páginas de opinión,
pero todos recalamos, aunque sea por un momento, en las de las esquelas, sobre
todo teniendo ya una edad.
Y es
que, por lo menos aquí en Gipuzkoa, tenemos tradición.
Es
posible que uno de los factores que hacen posible su proliferación venga dado
por las propias compañías aseguradoras de decesos (Santa Lucía, El Ocaso,…)
ya que incluyen entre sus prestaciones de servicios al fallecimiento la
inclusión de una esquela en un periódico a elección de la familia, y ése aquí
suele ser generalmente El Diario Vasco DV,
quien se lleva más del 90% de las esquelas que se publican en la provincia.
Una
característica de estas esquelas es que, además de los nombres de la persona
fallecida, la de sus familiares directos y los datos de horas de entierros,
funerales y parroquias, todas llevan
foto (prácticamente al 100%), algo que no es habitual en los periódicos de
otras provincias y comunidades.
“Esquelas de agradecimiento”: se
publican por lo general un par de días después de haberse producido el deceso,
y en ellas la familia, ante la imposibilidad de darlas personalmente, da las
gracias a todas las personas que les han dado el pésame, las condolencias y han
asistido a los actos celebrados en honor de la persona fallecida.
“Esquelas de primer aniversario”: es una costumbre muy habitual
en esta zona. Al cabo del año del fallecimiento se celebra una misa en memoria
y se dan los datos de horario y parroquia.
Hay
otro grupo de esquelas que son las que a mí me llaman la atención sobremanera.
Aparecen de forma irregular intercaladas entre las esquelas ordinarias y me
asombran por la cantidad de años de aniversario de los fallecimientos que
presentan. Yo las denomino “Esquelas
Memoriales”, y es que parece que las familias o las personas que las ponen
además de seguir manteniendo viva la memoria del fallecimiento de la persona
querida, necesitan el publicitarlo en el periódico haciéndolo extensivo a la
sociedad.
Uno no es psicólogo, pero creo que los que contratan este tipo de
esquelas, aunque los años sigan pasando, todavía no han llegado a superar la fase
del duelo tan necesaria para llevar a cabo una vida normal tras una
pérdida tan dolorosa como es la muerte de un ser querido.
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