5 ene 2020

UN BILLETE DE CIEN

Precisamente eso, un billete de 100 euros es lo que yo quería para hacer un regalo, ya que creo que hace más ilusión recibir un billete verde y nuevo que un par de cincuenta u otras variaciones de billetes menores, aunque supongan la misma cantidad pecuniaria. 
Pero sí, sí...
El conseguir un billete de 100 € se convirtió en una verdadera odisea. 
Tras sacar de un cajero automático dos billetes de 50 €, pregunté en varias cajas de un gran supermercado a ver si podían cambiármelos por uno de cien, pero en ninguna lo tenían, a continuación me dirigí a una tienda de regalos de confianza en la que obtuve la misma respuesta; hasta en la panadería/pastelería de toda la vida pregunté, allí fue donde me dijeron que raramente ven alguno, y eso en verano procedentes de manos de turistas franceses principalmente.
Lo que terminó por dejarme alucinando en colores y con cara de lelo fue cuando en la sucursal principal de KUTXABANK en el pueblo, ante mi petición de cambio de billetes, me dijeron literalmente: "En esta oficina no utilizamos billetes grandes, si se desean hay que solicitarlos y (previamente identificados) en un plazo de dos-tres días se pueden recoger" -el entre paréntesis es mío, ya que se presupone que si pides algo tiene que ir a tu nombre-. ¡Ni que estuviese intentando blanquear dinero! ¡Un billete de cien €!
Menos mal que finalmente lo conseguí en otra entidad bancaria y pude hacer el regalo.

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