Precisamente eso, un billete de 100 euros es lo que yo quería para hacer un regalo, ya que creo que hace más ilusión recibir un billete verde y nuevo que un par de cincuenta u otras variaciones de billetes menores, aunque supongan la misma cantidad pecuniaria.
Pero sí, sí...
El conseguir un billete de 100 € se convirtió en una verdadera odisea.
Tras sacar de un cajero automático dos billetes de 50 €, pregunté en varias cajas de un gran supermercado a ver si podían cambiármelos por uno de cien, pero en ninguna lo tenían, a continuación me dirigí a una tienda de regalos de confianza en la que obtuve la misma respuesta; hasta en la panadería/pastelería de toda la vida pregunté, allí fue donde me dijeron que raramente ven alguno, y eso en verano procedentes de manos de turistas franceses principalmente.
Lo que terminó por dejarme alucinando en colores y con cara de lelo fue cuando en la sucursal principal de KUTXABANK en el pueblo, ante mi petición de cambio de billetes, me dijeron literalmente: "En esta oficina no utilizamos billetes grandes, si se desean hay que solicitarlos y (previamente identificados) en un plazo de dos-tres días se pueden recoger" -el entre paréntesis es mío, ya que se presupone que si pides algo tiene que ir a tu nombre-. ¡Ni que estuviese intentando blanquear dinero! ¡Un billete de cien €!
Menos mal que finalmente lo conseguí en otra entidad bancaria y pude hacer el regalo.
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