Descontando a Haruki Murakami al que sigo desde hace muchos años, me he dado cuenta de que últimamente la literatura japonesa está cada vez más presente en mis lecturas.
Será porque es agradable, fácil de leer, con un gran alto grado de cotidianeidad que hace que sus personajes y tramas se hagan muy accesibles al lector (sin dejar de lado muchos ciertos toques fantásticos que se enlazan con la realidad), pero sea por lo que sea, así andamos, leyendo cada vez más libros japoneses.
Eso sí, hay que bregar con los nombres de los protagonistas hasta pillar si son masculinos o femeninos según la trama de lo que se relata.
Aquí dejo algunos de los últimos libros pasados por mi biblioteca: