Si hasta ahora habían sido dos las mujeres que amenizaban mis viajes y desplazamientos en coche, en la actualidad ya son tres. A las dos primeras, mi mujer (la tour operator) y mi hija (la copiloto) se ha sumado Karmele.
Karmele es la voz del navegador GPS que me han regalado con motivo de mi reciente cumpleaños. La llamo así porque venía preconfigurada como voz principal con el nombre “Carmen de España”, y he preferido euskaldunizarlo para adecuarlo un poco al entorno en que va a moverse.
La verdad es que mis otras dos mujeres ya me tenían prevenido (¿amenazado?) con que cualquier día me iban a comprar un navegador GPS, ya que su opinión mi tendencia a perderme, unida a mis despistes y mi gafe a la hora de elegir vías, salidas, cruces y demás, hacía que nuestros viajes durasen algo más de lo estrictamente necesario sumando unos cuantos kilómetros a la ruta original. Según ellas, siempre me pierdo; según yo, doy algunos rodeos para llegar.
La cuestión es que a partir de ahora la voz cantante en el coche la va a llevar Karmele. Con ella no se puede discutir, lo sabe todo, no se equivoca, siempre tiene razón, no se exaspera si me equivoco en un cruce, es inalterable y servicial, siempre está dispuesta a ayudar y buscar nuevas rutas, no te echa broncas, te indica en todo momento lo que hay que hacer para llegar lo antes posible a tu destino…, en fin, todo lo contrario a lo que hemos vivido en el interior de nuestro coche anteriormente.
El navegador GPS con Karmele, un aparatito que, aun estando en fase de pruebas, por de pronto ya ha conseguido una cosa: llevar la voz cantante en el coche.
Creo que mis otras dos mujeres todavía no son conscientes de lo que han perdido.
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