La tienda era el lugar al que nuestra madre nos enviaba a hacer compras en unas cantidades que ya han pasado a la historia de las medidas de peso: las libras y las medias libras; y en el que el concepto de “venta a granel” era algo corriente para gran cantidad de productos, así como “el fiado” al que recurría mucha parte de la clientela.

También era muy corriente el comprar para casa una ristra de ajos, y así había en casa para una larga temporada; ahora excepto en alguna feria agrícola no se ve ni una por esta zona, por eso me llamó mucho la atención el ver una ristra de ajos colgada a la puerta de un establecimiento de los denominados “delicatessen” y me animé a “inmortalizarla” con mi cámara de fotos.
Lo que antes era algo sumamente corriente convertido casi en artículo de lujo. ¡Una ristra de ajos!
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