No ha sido la primera vez, ni será la última, ya que el suelo de la cornisa cantábrica en la zona guipuzcoana, está formado geológicamente por lo que se denomina flysch, es decir, un tipo de roca sedimentaria en el que alternan capas de materiales duros con otras de materiales extremadamente blandos.
Esta particular disposición del flysch en capas alternas favorece la erosión por la acción del agua, tanto por efecto de la lluvia como por la del agua del mar, lo que hace que el suelo se disgregue y se desmorone fácilmente.
Si este proceso erosivo se diera en terrenos agrestes, no urbanitas, no pasaría nada, pero como se da justo en la carretera que comunica Gipuzkoa con Bizkaia por la costa, la N-634, el resultado es que cada dos por tres la carretera se encuentra cortada por desprendimientos.
Como es lógico, las autoridades competentes han intentado buscar soluciones al problema. Hasta ahora se han empleado diferentes técnicas:
- Recubrir las zonas más frágiles con capas de cemento que impidan los deslizamientos.
- Reforzar las capas más duras con anclajes metálicos para que sujeten el conjunto estructural.
- Revestir el terreno más expuesto, o el más frágil, con mallas metálicas de distintos tamaños y grosores para sujetar las rocas.
Es precisamente esta última, la que yo denomino de pantys de rejilla metálica, ya que me recuerdan las medias femeninas, la más utilizada, aunque puede que quizás sea la menos efectiva, ya que al igual que a muchas mujeres les sucede con las verdaderas, es frecuente que se rasguen y se rompan. Se pueden ver varios modelos de pantys en la foto que acompaña al post.
No hay comentarios:
Publicar un comentario