En mi caso, como no puede ser menos, fuimos a celebrar el cumpleaños de mi hermano a un restaurante, relativamente nuevo, de ésos que ya ha cogido un cierto renombre y que se comenta en diversos círculos y ambientes. Un sitio moderno en maneras, decoración, servicios y cartas. Muy próximo a la frontera con Francia, en Irún; no daré más detalles.
Comimos bien pero es necesario comentar alguna cosilla.
Como se puede apreciar en las fotos que acompañan al post, la presentación de los platos es algo que se lo trabajan. No hay más que ver las brochetas de calamares y langostinos que nos sirvieron, unas verdaderas brochetas “de diseño”, que al menos a mí me flasearon; ¡qué longitud la de semejante pincho, y colgante!, eso sí, como buen restaurante con ínfulas haciendo uso de la matemática proporcionalidad inversa, es decir, a mayor tamaño del plato, del pincho en este caso, menor cantidad de comida.
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