1 nov 2012

FLORES Y CENIZAS

En las culturas occidentales el enterramiento es la forma más habitual de tratar los cadáveres de las personas fallecidas. Esto permite que en los lugares de elegidos para ello, las familias puedan organizar eventos en su recuerdo y conmemoración; ahora en noviembre, en concreto, celebramos el día de Todos los Santos en el que especialmente se recuerda a los familiares fallecidos y se celebran actos religiosos, además de honrar las sepulturas con flores, velas y otros adornos votivos.

Sin embargo, con el paso del tiempo, las costumbres van cambiando, y en la actualidad el número de personas que se han decantado por la incineración de sus restos mortales ha aumentado en una gran proporción (aquí, en el País Vasco, el número de incineraciones ha superado al de enterramientos en 2011).

Una gran parte de las urnas cinerarias se guardan en columbarios dentro de los propios cementerios, pero otra parte de las cenizas se suele aventar en lugares especiales para los difuntos o sus familias.
Un lugar habitual para ello es hacerlo a orillas del mar, lo cual conlleva el que, posteriormente, los familiares al llegar días señalados como el de Todos los Santos, los de aniversarios, etc, carezcan de un lugar concreto en el que reposen los restos de sus allegados para poderlos honrar, llevarles flores…

De todas formas la gente mantiene la memoria, y por ello en la costa se suelen ver en muchos lugares flores en recuerdo de las personas fallecidas cuyas cenizas han sido aventadas en la zona; algunas de forma permanente (foto de la izda.) y otras ocasionalmente.


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