Ambiente: en el exterior del Kursaal un tiempo
inclemente de lluvia, frío y viento; dentro la calefacción a tope, casi en
exceso, si bien para caldear el ambiente no fue muy necesaria ya que de eso se
encargó desde el primer momento Ian Anderson.
El público: cincuentón largo de media, mucho pelo
blanco y calvas, predominantemente masculino –alrededor del 80%
aproximadamente- y totalmente entregado ante uno de sus mitos.
El escenario: sencillo, sin adornos superfluos, una
proyección trasera ocasional sobre el fondo y un juego de luces suficiente y
adecuado. Sonido buenísimo, nítido y
limpio; excelente.
El concierto: una primera parte muy conocida, la
recreación del “Thick As A
brick” de 1972 de un tirón y con ganas, interpretada
magistralmente.
Tras un descanso de quince minutos la presentación de la segunda del TAAB, creada ex profeso como continuación del disco originario. Esta segunda parte era casi desconocida para el personal, pero enganchó enseguida; dividida en canciones tiene un concepto mucho más moderno.
Tras un descanso de quince minutos la presentación de la segunda del TAAB, creada ex profeso como continuación del disco originario. Esta segunda parte era casi desconocida para el personal, pero enganchó enseguida; dividida en canciones tiene un concepto mucho más moderno.
En resumen, un muy buen concierto, buena música y una gran actuación de todos los músicos, en especial -¡cómo no!- del alma de Jethro Tull, Ian Anderson.
Dejo un par de fotos del concierto sacadas con el móvil, en plan
testimonial, ya que la calidad es ínfima, pero… algo es algo.
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