Se
denominan así a los grupos o bandas que se dedican a tocar la música de otros
artistas ya encumbrados y famosos, de los cuales reproducen sus canciones
ejecutándolas al mínimo detalle, sin que se les escape ni una sola nota musical para
parecerse lo más posible a la música original.
Además,
la mayoría de las veces suelen escenificar los conciertos de los artistas
originales a nivel de escenografía, luces, vestuario e instrumentos,
tratando en todo momento de rememorar momentos musicales de épocas ya pasadas.
Hasta
ahora yo he tenido la oportunidad de ver en directo a dos de estas bandas
tributo, quizás de las mejores que existen en la actualidad:
Una es Australian Pink Floyd que llevan un
espectáculo fabuloso sobre la música de Pink
Floyd y que verdaderamente lo bordan en sus actuaciones.
La otra
banda es The Musical Box, un grupo
canadiense que me encanta y al que he visto ya en tres ocasiones con sendos
conciertos conmemorativos de las giras de Genesis
en los años 70, ante la que me tengo que descubrir, ya que el nivel de
perfección en la ejecución de la música y en la recreación del escenario
alcanza cotas insuperables. Mimetismo puro.
Ayer
era de ver una tercera banda tributo, otra de las grandes, Letz Zep, en homenaje a Led
Zeppelin, pero me he tenido que quedar con las ganas ya que una bronquitis
me tiene postergado en cama.
¡Que se
le va hacer! La próxima vez será. Mientras tanto, no está mal un vídeoclip para
animar la tarde.
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