En casa
no somos muy dados a los sorteos, quinielas, ONCE, loterías, rifas, y demás, pero
sí que tenemos alguna que otra costumbre relacionada con ellos.
Una, la principal, es la de jugar a la Lotería de Navidad, aunque ésta también de manera reducida.
Una, la principal, es la de jugar a la Lotería de Navidad, aunque ésta también de manera reducida.
Todos
los años, y anticipándonos con tiempo, cuando vamos de vacaciones de verano,
aprovechamos para comprar un décimo en alguno de los lugares que visitamos.
Este
año fue en Lanzarote, en Teguise; nos acercamos a la Administración de Loterías
del pueblo y compramos un décimo y…¡mira por donde!, al llegar a casa comprobé
que es el mismo número que nos
dieron el año pasado.
La
verdad es que en el sorteo anterior no nos tocó ni el reintegro. A ver este
año.
¡Ah! Y
como es tradicional en este blog, todo aquel que haga un comentario a este post
antes del 21 de diciembre, tendrá un regalito en caso de que el “gordo” caiga
en el décimo de la imagen.
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