30 nov 2014

NOMBRES Y GÉNERO


En algunas lenguas, como en el español, el género está perfectamente definido, por lo que solamente con una palabra podemos deducir el género de la persona a la que nos referimos; entre Mario-María o Manuel-Manuela no caben ambigüedades. Sin embargo, si comenzamos a ver nombres en otros idiomas ya pueden empezar a surgir las dudas. 

Últimamente esto nos pasa muy a menudo en la escuela a los maestros; es muy común recibir el listado de los alumnos de una clase a principios de curso, y encontrarnos con nombres como Nouhaila o Qi Xiu, de procedencia árabe, china, subsahariana… que, de entrada, no nos indican si son niños o niñas, por lo que tenemos que esperar a encontrarnos físicamente con ellos en persona, para saber qué es lo que son.

Además, si nos movemos en un ámbito euskaldun el tema puede a llegar a rizar el rizo.

En euskera el género no existe, por lo que incluso los nombres de persona pueden llegar a ser ambiguos o utilizarse indistintamente para hombres y mujeres. Por tradición muchos nombres tienen concomitancias con el género de las personas, y ya se sabe que un Mikel es un chico, o una Itziar es chica, pero hay cantidad de nombres, llamémosles “nuevos”, que incluso para los de aquí resultan confusos.


      Una anécdota personal:


Hace unos treinta años, cuando tras muchos de prohibición por fin se pudieron inscribir en el Registro Civil nombres euskaldunes para los niños y niñas, las familias se pusieron a ello, y ¡cómo!

En aquel tiempo yo estaba de tutor de preescolar de 4 años, y en una clase paralela había una criatura llamada ZUHAR a la que yo tenía por niño (pelo corto a lo garçon, ropa de chandal y petos de pantalones, sin pendientes en las orejas, con trato de igual a igual con el resto de los niños y niñas…).

En el recreo nos juntábamos en el patio todas las clases y un día, en esto que nos viene Zuhar y, dirigiéndose a su profesora le suelta: “Andereño, pixa!” (Señorita, pis!). “Tira, ba, segi komunera!” (¡Ala! vete al baño!), le contesta la profesora. Allá que se va corriendo, pero el apuro debía ser grave ya que a medio camino se baja los pantalones, se agacha y se pone a orinar al modo chica. ¡Zuhar era niña!

Hoy en día Zuhar es ya toda una mujer y una artista multidisciplinar, cuyo nombre, por lo menos a nivel del pueblo, no suscita ninguna controversia de género. En otros lugares... ¡a saber!

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