A todos
en nuestro cumpleaños nos hacen regalos. Pueden ser de muchas clases:
esperados, sospechados, dirigidos, sosos, grandes, simpáticos, inesperados...
en alguna ocasión hasta flipantes o decepcionantes.
El que
comento hoy, de mi último cumpleaños hace un par de semanas, y cuya foto
acompaña al post, me hizo especial ilusión.
No es
que sea un regalo que destaque por precio ni por aparatosidad. Se trata de un
pequeño libro que recoge muchos guiños
de mi relación con mi hija y de mi idiosincrasia desde un punto de vista
divertido y friki.
¡Gracias, "princesita"!
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