20 jun 2015

PATOS


Todo pueblo o ciudad que se precie tiene en alguna de sus plazas o parques un estanque cerrado con patos para la observación y el disfrute de los niños. Aquí, en Zarautz, también tenemos uno, que aunque en realidad tiene otro nombre, en la práctica es conocido por todos como “el parque de los patos”.

Pero los patos de los que voy a hablar hoy no son ésos, sino otros con mucho más carisma, y en mi opinión, mucho más importantes.

Resulta que en la regata que atraviesa el pueblo por su zona sur, tenemos varias familias de patos salvajes, que han anidado por segundo año consecutivo y que han tenido “familia”. Yo he visto dos familias con sus correspondientes “camadas” (¿se dice así?), una de ocho y otra de siete crías, que se llevan unas tres semanas de diferencia, aunque me han comentado que ha habido hasta cuatro parejas anidando en los márgenes del encauzamiento de la regata.

Lo cierto es que tener patos en el pueblo lo considero una noticia positiva, ya que ver integrados en un entorno ciudadano a unos animales totalmente silvestres –aunque nos sigan mirando de reojo con todas las precauciones del mundo- es algo muy importante, que denota por un lado que las condiciones del río han mejorado en los aspectos de limpieza y salubridad, y por otro que es posible que la vida, llamémosla salvaje, sea viable en entornos cercanos a nosotros.

A partir de ahora a ver los patos en libertad, en su propio medio, y no encerrados en un pequeño parque.

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