11 mar 2017

ISLOTE DE LOBOS



Lobos es una pequeña isla volcánica situada entre las islas de Lanzarote y Fuerteventura, a dos y ocho kilómetros de sus costas respectivamente, en el estrecho de la Bocaina en Canarias. Depende del Cabildo de Fuerteventura quien la tiene protegida bajo la denominación “Espacio Natural Protegido”.

Lobos debe su nombre a la abundancia de lobos marinos –foca monje- que se asentaban en la playa y las costas del islote, pero que fueron extinguidos por los pescadores de la zona que veían en ellos una competencia para la pesca.

El acceso a la isla está restringido pudiéndose únicamente visitar a través de una línea marítima que parte de Corralejo en Fuerteventura.

Una vez desembarcados en el Muelle, nos recibe un centro de atención a los visitantes en el que nos cuentan todo lo relacionado a la isla. A partir de ahí tenemos toda la isla a nuestra disposición exceptuando un par de lugares estrictamente prohibidos: el descenso al cráter del volcán la Caldera y la zona de las Lagunillas.
Dirigiéndonos hacia el occidente, a la izquierda, lo primero que nos encontramos es la Playa de la Concha o La Caleta, de arenas finas, blancas y aguas azules transparentes, a donde muchos visitantes van a pasar el día debido a su tranquilidad y posibilidad de disfrutar de la naturaleza virgen en la que se encuentra.



Un poco más allá nos encontramos con los restos de unas antiguas salinas que estuvieron activas hasta el siglo pasado. 


Continuando hacia el norte por un camino perfectamente delimitado –ya que estamos en zona de uso restringido- nos encontramos con un terreno volcánico con una vegetación exuberante y unos restos de lava cubiertos de líquenes rojizos que dan al paisaje un toque muy especial y atractivo. 

Enseguida nos topamos con un camino que nos conduce hacia el volcán la Caldera.
Si nos atrevemos a ello es posible subir hasta su cumbre por un sendero duro y exigente en cuanto a pendiente, aunque bien marcado.
Una vez arriba, desde el borde del cráter, se tienen unas vistas excepcionales de las islas vecinas, Lanzarote y Fuerteventura, así como de todo el islote y de la caldera volcánica invadida por el mar.
Merece la pena el esfuerzo del ascenso.


Seguimos hacia el norte, donde en su extremo nos encontramos con el Faro de Martiño hoy ya en modo automático.


A partir de ahí y descendiendo hacia el suroeste, hacia oriente,  a nuestra izquierda, iremos viendo algo que a mí me llamó poderosamente la atención, ya que no esperaba encontrarme con lagunas, marismas y humedales en una isla volcánica; incluso se trata de una de las zonas totalmente excluidas de la isla para su uso: Las Lagunillas.


Para terminar la vuelta a la isla llegamos a El Puertito, el único lugar con visos de civilización: tres casuchas y un minúsculo bar-restaurante, aunque, eso sí, al lado de unas pequeñas calitas de aguas azules y transparentes de llamar la atención.



El Islote de Lobos, una pequeña joya a descubrir que hay que visitar
 Vista desde Playa Blanca (Lanzarote)

* El mapa y la foto de la vista aérea están obtenidas de: https://navieranortour.com/barco-isla-de-lobos-fuerteventura/ el resto de fotografías están sacadas por mí.

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