15 abr 2017

HISTORIAS DE LA P*** MILI (4) El piso patera



Últimamente se está hablando mucho de los pisos de alquiler, que si cada vez están más caros, que si los pisos turísticos, que si es difícil encontrarlos en según que zonas…, todo esto me ha hecho recordar que yo también, durante la mili, fui usuario de un piso de alquiler en Madrid. Bueno, yo sólo no, ya que se trataba de un piso en el que participábamos varios de los soldados que pertenecíamos a la Agrupación de Infantería de Marina de Arturo Soria, y al que se accedía a medida que se iban licenciando los más antiguos ya que tenía “numerus clausus” para no colapsarlo.


El piso se encontraba en el barrio/distrito de Tetuán, cerca de la plaza de Castilla, en una calle cuyo nombre no recuerdo exactamente (cosas de la edad y del paso del tiempo) pero que podría ser la calle del Limonero o la calle Sófora (he navegado con el Street View de Google Maps, y yo diría que es alguna de ellas). Se trataba de un primer piso sin amueblar con un baño, cocina y un par de habitaciones en las que teníamos unos colchones en el suelo y una cama grande, que a saber de donde había salido.


El piso en realidad y como es lógico no lo usábamos para vivir, aunque en ocasiones si que hacíamos comidas o cenas en él y a veces también dormíamos si se prestaba la ocasión y no teníamos que volver al cuartel, sino que básicamente tenía dos funciones importantes:


1.- Servía de almacén para nuestras ropas de paisano”, ya que a ninguno nos gustaba andar de uniforme por la ciudad, además con el cante que daba el nuestro de infantes de marina, y


2.- Era nuestro “domicilio oficial” en Madrid. Teníamos que estar empadronados en la capital para poder acceder al “franco de ría”, que era un permiso de fin de semana –de sábado a lunes por la mañana- que únicamente se concedía a los residentes en la localidad; o sea que durante una temporada, alrededor de un año o así, el menda fue madrileño.



Así que nuestro piso patera era la base de operaciones para nuestras escapadas del ámbito militar del cuartel y un refugio para salvaguardar nuestras identidades civiles.

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