¡Hay que ver de lo que es capaz la climatología cuando se sale de sus características propias! Y es que ver mariposas a finales de noviembre parece que tiene algo que ver con eso.
En el País Vasco solemos tener un clima de los denominados “templados” en el que las estaciones están bastante bien marcadas y diferenciadas. Sin embargo este año se están dando unas condiciones meteorológicas que no han ido muy acordes con las fechas.
Además de haber tenido un verano bastante seco y soleado, se puede decir que el otoño no está siendo lo que habitualmente le correspondería; mucho viento sur, temperaturas calurosas por encima de la media, lluvias escasas, muchos días soleados…
Quizás es por ello por lo que los seres vivos de la zona están “algo alterados”, y así, hace un mes, hemos visto florecer de nuevo a las flores de San Juan, de floración primaveral- principios de verano, o a los árboles de mimosas; incluso me han comentado que en algunos lugares las hortensias también han florecido por segunda vez. Vamos, que parece que la primavera se ha adelantado.
Por lo tanto, el que esta misma semana me haya encontrado con tres mariposas que en principio son de nacimiento primaveral, no supone, o debe suponer, algo excesivamente extraño si nos atenemos a las alteradas condiciones climatológicas de las que estamos disfrutando. ¿Consecuencias del cambio climático?
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Mariposas observadas en el Biotopo de Iñurritza, Zarautz, Gipuzkoa, a finales de noviembre de 2018.
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