24 nov 2019

LAS BATALLAS DEL ABUELO (17): La guitarra


Lo reconozco, yo también he tenido una guitarra.

Allá por mis años mozos, en la preadolescencia, influido por el párroco de mi iglesia, quien viendo mi afición a la música y animándome sobremanera, acabé comprando –mi familia más bien- una guitarra. 
Él fue quien empezó a enseñarme a tocarla: la postura del cuerpo, a poner los dedos sobre las cuerdas, los primeros acordes básicos (LA mayor, LA menor, RE mayor..) y las primeras canciones básicas con no más allá de tres acordes.

Luego vinieron los arpegios, los acordes más complicados y algunas canciones populares de la época (“La casa del sol naciente- The house of the rising sun”) así como punteos de grupos rockeros (Led Zeppelin, Deep Purple,…), pero la guitarra nunca llegó a llenarme del todo, además de que mis dedos parecían no estar muy adecuados para ello, por lo que la fui relegando poco a poco hasta dejarla completamente de lado.

Es cierto que me acompañó en muchos momentos y me sirvió para llenar muchos momentos, pero ahí se quedó.

Todavía la conservo, o eso creo, ya que la última vez que la ví hace unos años estaba en su funda de similcuero amarillo en el fondo de un armario empotrado de casa.

No hay comentarios: