16 nov 2019

UNA DESPEDIDA: BERRI TXARRAK


El fin de semana pasada estuve en Madrid, en el Wizik Center, en el concierto que, dentro del "IKUSI ARTE TOUR 2019" (*), dio el grupo Berri Txarrak.
Un concierto emotivo, ya que el grupo, tras 25 años de música, discos y conciertos, se está despidiendo de su público para cesar en su actividad musical a finales de noviembre, ¡una verdadera lástima!


Mejor que yo para comentarlo, dejo un resumen de la crónica del concierto realizada por Miguel Rivera de http://www.rocktotal.com/.

* Las fotos y el vídeo sí que son míos.

"Asistir a un concierto como el que ocupa donde sabes que se trata del último de una formación tiene algo de mezcla entre triste y mágico. Un conjunto de emociones sentidas y enfrentadas en torno a una banda, Berri Txarrak, que ha marcado una etapa en la vida de muchos y ha dado tanto a la música.

Lo ha dado porque a lo largo de 25 años la banda Navarra ha demostrado que se pueden romper y saltar fronteras triunfando cantante en euskera. Lo han hecho con todas las de la ley, fieles a su estilo propio, reverenciados por otras formaciones como Rise Against, consiguiendo los aplausos de muchísimos músicos de diversos estilos y aupando su rock al olímpico de formaciones más grandes.

Más de dos décadas en las que han ofrecido discos sin fisuras, calando hondo y dejando poso, siendo únicos y referencia para otros. Qué decir de sus directos, una banda de tres que deja con la boca abierta a quien les ha visto. En festivales, en salas, en eventos de gran magnitud, asaltando países como Japón y consiguiendo lo impensable.

Por todo ello y, quizás en su mejor momento pero siguiendo su fidelidad a sí mismos, la banda anunciaba el pasado año su punto y final o, al menos, de momento, deseando que quede una pequeña puerta abierta para un futuro regreso.


El caso es que la tristeza pero la grandeza de poder verles en una gira final hacia que Madrid, plaza que les ha tratado tan bien siempre, fuera un concierto especial.

Ampliando recinto en el Wizink Center como sinónimo de su sintonía y respeto por la gente de Madrid, sabedores de la calidad de la banda en un final para poder decir “yo estuve ahí”. Abriendo la grada de fondo para acoger a miles de asistentes (más de 7 mil) que sabían de un adiós importante, diferente, para unos músicos que han traspasado fronteras cantando en euskera y sentando una base con su sonido diferente.

Así llegaba el turno de la banda en cuestión. Un WiZink con la pista repleta para abrazar lo que nadie podría imaginar, dos horas y media donde Gorka casi no dejó tiempo para la nostalgia, porque sabía de la noche que les esperaba y más que emociones quisieron disfrazarlas con lo que mejor saben hacer, música. Una tralla pocas veces vista, en un concierto incombustible, de emergencia nacional, porque incendiaron de golpe y hasta el final el recinto a base de temazos y un repaso inimaginable por todo su legado.

Un legado, el de este trío, incuestionable, sin momentos de bajón, donde cada disco ha tenido su sentido en su momento, sirviendo de referente y sumando numerosos hits a su repertorio con cada nuevo álbum. El legado es casi “obsceno” de lo bueno que es, tanto como sus directos, otro terreno en el que nada se les puede rebatir. No hay concierto malo de la banda, tres tipos que sin fuegos ni artificios se comen el escenario. Voz y guitarra, bajo y batería, tres músicos dándolo todo y, como muchas otras veces pero más en esta, dando el protagonismo a la música, sin dejar mucho espacio a otras cosas, incluso en día de reflexión.

No quería Gorka emocionarse y daba como resultado pocas palabras y muchas canciones, tantas que nos dejaron agotados. Musicalmente variados, desde la potencia de “Izena, izana, ezina” pasando por temas más recientes y melódicos “Spoiler” sumamente bien recibida, a cortes de la talla de “Stereo”, “Libre” o “Irala”, todo del tirón, sin tiempo para respirar.

La banda, como siempre, cohesionada a la perfección, con David y Gorka fusionando coros y tiempos de manera perfecta, una máquina engrasada hasta la última tuerca.  Todo sonando a la perfección, con cientos de vascos a nuestro alrededor, y la gente conociendo la letra sin importar la lengua, donde Berri Txarrak ha demostrado no hay barreras cantes en el idioma que cantes.

BERRI TXARRAK son ya leyenda del rock, rompiendo barreras y clichés para convertirse en un claro ejemplo del trabajo y tesón, tanto en estudio como en directo, una fórmula digna de estudio y referencia para lo que pueda venir en el futuro. Un final en Madrid digno de aplauso y respeto, como toda su carrera. Eskerrik asko, Berri Txarrak".

(*) "Tour HASTA LA VISTA" 


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