El fin de semana pasada estuve en Madrid, en el Wizik Center, en el concierto que, dentro del "IKUSI ARTE TOUR 2019" (*), dio el grupo Berri Txarrak.
Un concierto emotivo, ya que el grupo, tras 25 años de música, discos y conciertos, se está despidiendo de su público para cesar en su actividad musical a finales de noviembre, ¡una verdadera lástima!
Mejor que yo para comentarlo, dejo un resumen de la crónica del concierto realizada por Miguel Rivera de http://www.rocktotal.com/.
* Las fotos y el vídeo sí que son míos.

Lo ha dado porque a lo largo de 25 años la banda
Navarra ha demostrado que se pueden romper y saltar fronteras triunfando
cantante en euskera. Lo han hecho con todas las de la ley, fieles a su estilo
propio, reverenciados por otras formaciones como Rise Against, consiguiendo los
aplausos de muchísimos músicos de diversos estilos y aupando su rock al
olímpico de formaciones más grandes.
Más de dos décadas en las que han ofrecido discos
sin fisuras, calando hondo y dejando poso, siendo únicos y referencia para
otros. Qué decir de sus directos, una banda de tres que deja con la boca
abierta a quien les ha visto. En festivales, en salas, en eventos de gran
magnitud, asaltando países como Japón y consiguiendo lo impensable.
Por todo ello y, quizás en su mejor momento pero
siguiendo su fidelidad a sí mismos, la banda anunciaba el pasado año su punto y
final o, al menos, de momento, deseando que quede una pequeña puerta abierta
para un futuro regreso.
El caso es que la tristeza pero la grandeza de
poder verles en una gira final hacia que Madrid, plaza que les ha tratado tan
bien siempre, fuera un concierto especial.
Ampliando recinto en el Wizink Center como
sinónimo de su sintonía y respeto por la gente de Madrid, sabedores de la
calidad de la banda en un final para poder decir “yo estuve ahí”.
Abriendo la grada de fondo para acoger a miles de asistentes (más de 7 mil) que
sabían de un adiós importante, diferente, para unos músicos que han traspasado
fronteras cantando en euskera y sentando una base con su sonido diferente.
Así llegaba el turno de la banda en cuestión. Un WiZink con
la pista repleta para abrazar lo que nadie podría imaginar, dos horas y media
donde Gorka casi no dejó tiempo para la nostalgia, porque sabía de la noche que
les esperaba y más que emociones quisieron disfrazarlas con lo que mejor saben
hacer, música. Una tralla pocas veces vista, en un concierto incombustible, de
emergencia nacional, porque incendiaron de golpe y hasta el final el recinto a
base de temazos y un repaso inimaginable por todo su legado.
Un legado, el de este trío, incuestionable, sin momentos de
bajón, donde cada disco ha tenido su sentido en su momento, sirviendo de
referente y sumando numerosos hits a su repertorio con cada nuevo álbum. El
legado es casi “obsceno” de lo bueno que es, tanto como sus directos, otro
terreno en el que nada se les puede rebatir. No hay concierto malo de la banda,
tres tipos que sin fuegos ni artificios se comen el escenario. Voz y guitarra,
bajo y batería, tres músicos dándolo todo y, como muchas otras veces pero más
en esta, dando el protagonismo a la música, sin dejar mucho espacio a
otras cosas, incluso en día de reflexión.
No quería Gorka emocionarse y daba como resultado
pocas palabras y muchas canciones, tantas que nos dejaron agotados.
Musicalmente variados, desde la potencia de “Izena, izana, ezina” pasando por
temas más recientes y melódicos “Spoiler” sumamente bien recibida, a cortes de
la talla de “Stereo”, “Libre” o “Irala”, todo del tirón, sin tiempo para respirar.
La banda, como siempre, cohesionada a la
perfección, con David y Gorka fusionando coros y tiempos de manera perfecta,
una máquina engrasada hasta la última tuerca. Todo sonando a la
perfección, con cientos de vascos a nuestro alrededor, y la gente conociendo la
letra sin importar la lengua, donde Berri Txarrak ha demostrado no hay barreras
cantes en el idioma que cantes.
BERRI TXARRAK son
ya leyenda del rock, rompiendo barreras y clichés para convertirse en un claro
ejemplo del trabajo y tesón, tanto en estudio como en directo, una fórmula
digna de estudio y referencia para lo que pueda venir en el futuro. Un final en
Madrid digno de aplauso y respeto, como toda su carrera. Eskerrik asko, Berri Txarrak".
(*) "Tour HASTA LA VISTA"
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