Yo soy
de los que levantaba la mano cuando alguien en el colmo de la incredulidad
preguntaba eso de: “A ver, ¿quién no ha
jugado nunca con el ordenador?, ¡que levante la mano”. Pues yo la
levantaba.
Y es
que, aunque llevo más de 30 años en contacto y trabajando con ordenadores,
nunca me ha dado por ahí, por los juegos. Ya sé que es difícil de creer, sobre
todo teniendo en cuenta que he sido profe de informática y que mis alumnos sí
que han jugado conmigo y en mis clases, pero siempre desde una vertiente de “juegos
educativos” (de lógica, matemáticos, puzzles,…).
Iconos de los juegos que tengo instalados
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De lo
que sí “presumo” es de no haber usado nunca una Nintendo ni la Play ni la Xbox
ni similares. A lo sumo, reconozco que allá por los principios de los juegos
con el PC jugué al ping-pong e incluso al Pacman (¡nivelazo el mío!), pero me
quedé allí, no fui más adelante.
Más
tarde, incluso he sido de los que desinstalaban los juegos del teléfono móvil
por considerarlos una pérdida de tiempo y un consumo fútil de los recursos del
aparato.
Sin
embargo, en vísperas de iniciarse toda esta movida de la pandemia del
coronavirus y del confinamiento en nuestras casas, me dio por ver qué juegos
había en Internet para el móvil y la tablet, y resulta que piqué: he acabado
descargándome unos pocos, sencillitos, coloridos y entretenidos, con los que
casi todos los días juego alrededor de una media hora antes de cenar.
¡Ay,
Señor, Señor! ¡Cómo he acabado!
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