Aún
dentro de la pandemia llegó la “nueva normalidad”, y con ello se esperaba una
cierta relajación en las perspectivas del ocio social, pero ya, ya…
En lo
relativo al uso de las playas –ya que estamos en pleno verano- ha habido de
todo, desde la total libertad de su disfrute (eso si, teniendo en cuenta la
normativa vigente en lo referente a distancias de seguridad entre personas),
hasta casos tan restrictivos con normativas y actuaciones propias de otros
tiempos como por ejemplo, Zarautz.
En la
playa de Zarautz, y creo que será la única del mundo, se han procedido a vallar
varias zonas (ya que la totalidad de la playa – más de 2 Km. de longitud- sería algo
muy costoso) para canalizar el tráfico humano hacia unas cabinas que controlan
el acceso a la playa en función del espacio de arena que se libra atendiendo a
las mareas.
¡Poner
puertas al campo!, en esta caso a la playa, ¡Je!
En el
resto del Malecón, ante la imposibilidad de cerrarlo completamente, se han
puesto unas cuantas vallas con carteles indicando que está prohibido saltar a
la arena bajo multa, con el fin de canalizar al personal hacia las cabinas de
control. ¡Ah!, pero eso sí, para las 18:30 las cierran quedando libre el acceso
a la playa (a partir de esa hora no deben existir problemas de cupos,
distancias de seguridad, etc.)
Y como
somos muy modernos, también contamos con paneles indicativos en las entradas al
pueblo para que los que vengan a la playa conozcan el estado y capacidad de la
misma.
También hay una app de la Diputación para que en nuestros móviles
tengamos en todo momento información detallada de horarios de mareas, accesos a
las playas, capacidades de aforo y demás.
Eso sí,
a mí –y eso que no soy nada playero- me da una tristeza ver la playa de Zarautz
llena de vallas convertida en un campo de concentración, tanto que últimamente
la denomino Zarauschwitz.
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12 jul 2020
PLAYAS COVID-19 ZARAUSCHWITZ
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