24 oct 2010

GAMBERRADAS, VANDALISMO Y KALE BORROKA

Vaya por delante que Zarautz es un pueblo tranquilo en el que sus habitantes se comportan en general de una manera cívica. Sin embargo en la temporada de verano, por su peculiaridad de zona turística y, debido principalmente al aumento de la población foránea (jóvenes en un porcentaje muy alto), nos solemos encontrar con acciones que dejan mucho por desear. Voy a hacer un balance de este último verano:

1.- BASURA:

Es muy frecuente ver el resultado de los botellones y de las “gau-pasak” (noches de juerga hasta el día siguiente) traducido en montones de vasos, botellas, cristales y demás restos tirados por cualquier lugar de la “zona de marcha”. Ademas parece que la basura atrae principalmente a esta clase de gamberros puesto que ver papeleras, o incluso contenedores enteros, vaciados con todo su contenido desperdigado por los alrededores, es algo corriente.

Basuras tiradas

2.- PINTADAS:

Una de las típicas gamberradas que aumenta por estas fechas veraniegas son las pintadas con rotuladores indelebles sobre todo tipo de superficies: bancos, paredes, escaparates, señales de tráfico, puertas, farolas, cristales, cajeros automáticos… dejando en todos ellos la firma del autor del gamberro que firma su “obra artística”.

Pintadas

3.- EL HITO DEL VERANO:

Se podría tachar de vandalismo el acto de la rotura de una veintena de farolas del paseo marítimo que une Zarautz con Getaria en el trascurso de una noche. Ha sido uno de lo hechos más comentados en la localidad, que incluso se vio reflejado en la prensa de la comarca.

Farolas rotas

4.- ÁRBOLES Y JARDINES:

Esta es la parte que más rabia me da, ya que en el resto de los casos basta con una acción de limpieza o restauración para que todo vuelva a la normalidad, pero en el caso de las roturas de ramas de árboles o el arranque y destroce de plantas de jardineras y jardines no hay vuelta atrás, las plantas mueren; en dos o tres ocasiones he visto jóvenes arbolillos tronchados casi de raíz

Arbol roto

5.- CARROS:

El caso de los carros de compra de los hipermercados de la localidad merece mención aparte, ya que se centra casi exclusivamente en la actividad que rodea a uno de los dos campings de la localidad, en concreto el más cercano a la playa, y en sus usuarios principalmente juventud, tanto nacional como extranjera, que en la temporada de verano abarrota el establecimiento.

Como todos sabemos hacer la compra, especialmente si conlleva un importante número de botellas y latas de bebidas, es algo muy pesado. ¡Para que utilizar bolsas para llevarnos las compras si disponemos de carros!, ¡hala!, ¡hasta el camping con ellos! (hay casi un kilómetro desde el hiper más cercano hasta el camping). ¿Devolverlo? ¡A quién se le ocurre!

Por esta filosofía de “vagancia extrema” es habitual encontrarse con filas y filas de carros a las puertas del camping, o en ocasiones ver como esos carros acaban en el río que lo bordea.

¡Ah!, pero no queda ahí el asunto, ya que también es corriente encontrarse los carros en la playa (hay que llevar las tablas y los trastos, y hacerlo a mano…!) o junto a la estación del tren (las mochilas, las tiendas y la botellería pesa mucho y no es cuestión de cargarlas a la espalda).

Carros

6.- QUEMA DE CONTENEDORES:

Por lo menos una vez al año suele aparecer un contenedor de basura quemado de madrugada como resultado de los excesos de la marcha nocturna. Pero lo que ha pasado este verano con la quema de 26 contenedores de basura por toda la localidad la misma noche a la finalización de una verbena de las fiestas de un barrio de la localidad ha provocado diferentes opiniones; para unos ha sido un acto de vandalismo espontáneo que se extendió por todo el pueblo, y para otros un acto de “kale borroka”.

En mi opinión, lo que si parece cierto es que el cóctel de jóvenes en pandilla, nocturnidad y alcohol/otras sustancias estupefacientes son los desencadenantes de todos estos actos de gamberradas, vandalismos y kale borroka.

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