Me
fascinan las ilusiones ópticas.
Es
alucinante observar cómo los ojos son capaces de engañar a nuestro cerebro, o
éste ser capaz de interpretar erróneamente las señales que le envían los
órganos de visión, aun a sabiendas que, por lógica y conocimiento previos,
aquello que “está viendo” en un momento determinado, no se corresponde con la
realidad: es un engaño, una ilusión.
A modo
de ejemplo he aquí unas cuantas ilusiones ópticas que he ido recopilando por
Internet:
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Manteniendo
la vista fija en la cruz central, veremos como desaparecen los tres puntos
amarillos.
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Dos
columnas de trazos del mismo color azul parecen cambiar de tonalidad, una más
clara y la otra más oscura, al ser contrastadas con unas barras de color negro.
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Los
círculos blanquinegros que giran en sentido contrario al de las agujas del
reloj alrededor del punto rojo, cambian su dirección si fijamos nuestra
atención en el punto amarillo.
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Si
miramos al punto negro, veremos como la barra gris que se mueve en el lateral
izquierdo cambia de color volviéndose azul.
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Mirando
fijamente al punto central observaremos como desaparecen los puntos rosas
quedando únicamente uno verde que gira.
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Un
montón de puntos en movimiento son interpretados como una esfera girando.
Además se la puede ver girando hacia la izquierda o hacia la derecha de manera
indistinta.
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Dos
rectángulos, azul y amarillo, que avanzan a la misma velocidad, parece que
cambian de velocidad al sobreponerse a un fondo listado en blanco y negro.
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