21 dic 2013

OLENTZERO Y EL SOLSTICIO DE INVIERNO

En la actualidad la figura del Olentzero ha quedado reducida al personaje entrañable del carbonero que vive en los bosques y que, en la noche de Nochebuena, baja del monte a traer regalos a niños que han sido buenos y dejar carbón a los que se han portado mal.

Sin embargo sus orígenes se remontan muy atrás en el tiempo, enraizándose en las celebraciones ancestrales del solsticio de invierno y comienzo del nuevo año.
La localización inicial del mito del Olentzero en el País Vasco se fija en un área que linda el este de Gipuzkoa y el norte de Navarra (zona de abundantes monumentos megalíticos) y parece que se remonta a las prácticas y ritos simbólicos  que se realizaban en Europa en los tiempos del Neolítico.

Desde entonces la historia del mito se ha ido trasmitiendo de forma oral y es por ello que varíe según los distintos lugares en los que se recoja.
Así en algunos pueblos del norte de Navarra Olentzero era un personaje desagradable, que tenia 366 ojos y que se quemaba al fin del solsticio de invierno. En otros se asociaba a una figura grotesca con la que se salía a cantar y a pedir viandas y alimentos por los caseríos de la zona, y que finalmente acababa también pasto de las llamas purificadoras.

Posteriormente, la llegada del cristianismo y su adaptación de las celebraciones paganas al rito católico hizo que se produjera un cambio en la interpretación del Olentzero. Así de anunciar la llegada del inicio del nuevo ciclo solar, pasó a anunciar el nacimiento de Jesús. Es por ello que en la canción tradicional que narra la historia del mito, donde dice Jesús debería decir  (o decía)Eki (el sol), pero ya es algo impensable debido al arraigo popular de la misma.



CANCIÓN TRADICIONAL DEL OLENTZERO

Olentzero joan zaigu
mendira lanera
intentzioarekin
ikatz egitera.

 
Aditu duanian,
Jesus
jaio dala
laisterka etorri da,
berri ematea.





Olentzero se ha ido
al monte a trabajar
con la intención
de hacer carbón.

Cuando ha oído
que ha nacido Jesús ha venido corriendo
a dar la noticia.



La tradición del Olentzero se mantuvo reducida en su localización hasta que en los años 70 sufrió un fuerte impulso desde las fuerzas políticas vascas, tanto desde las más radicales que lo asociaron inicialmente a movimientos pro aministia, como de las más tradicionales que lo reivindicaron como un símbolo euskaldun de la Navidad, y se extendió a todos los rincones y poblaciones del País Vasco hasta convertirse en lo que es hoy en día: un sustituto de los Reyes Magos en las fiestas de Navidad.

Olentzero, sol, fuego, tradición y cánticos populares. Un largo viaje desde el solsticio de invierno hasta la ilusión infantil de los regalos de Nochebuena.
 

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