Comentaron muchas, que si quemándolo,
que si enterrándolo, hundiéndolo en pantanos, lagos o en el mar, desguazándolo…
pero desde luego que no se les ocurrió la que voy a comentar a continuación y
que es cierta y verdadera, como además se puede comprobar con las fotografías.
Allá
por inicios de invierno me llamó la atención el coche que se encontraba
abandonado en un solar junto a un taller mecánico y al que la vegetación
salvaje había comenzado a invadir. Le saqué un par de fotos por lo curioso de
la situación y ahí se quedó el tema.
Mientras
tanto, la vegetación ha seguido creciendo hasta llegar al momento actual en el
que ha cubierto completamente el coche haciéndolo desaparecer de la vista de
todo quien pase por delante.
O sea
que podemos añadir una nueva manera para deshacernos de un coche: esperar a que
la vegetación se lo trague.
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