9 sept 2017

SETAS URBANAS

Estoy convencido de que si preguntáramos a la gente sobre el origen de las setas y los hongos, la mayoría, a botepronto, haría referencia al bosque, al monte y sitios con muchos árboles, hojarasca, humedad…

Si les damos más tiempo para pensar, tal vez se orienten también hacia los prados; incluso –pensando en las setas cultivadas como champiñones o setas de cardo- quizás apunten a cuevas y lugares oscuros, pero me jugaría cualquier cosa a que nadie respondería que las setas pueden brotar en los jardines de las calles de cualquier pueblo.
Pero es que es así.

En las fotos que acompañan esta entrada se pueden ver setas que he podido ir fotografiando en los jardines que rodean mi casa en un radio de unos 200 metros aproximadamente. Jardines totalmente urbanos, de esos en los que se recorta regularmente el césped con máquinas, por los que transitan animales domésticos para hacer sus necesidades, de los que están rodeados de aceras, bidegorris (carriles bici) y carreteras, jardines en los que los niños recogen pequeñas florecillas… Y en los que de vez en cuando se asoman tímidamente ¡las setas!
 
Muchas veces he podido fotografiarlas antes de que, por la incultura popular de muchas personas, la gente las pisotee y aplaste como si se tratase de setas venenosas asesinas que fuesen a lanzarse al cuello de los paseantes, o de que algún viandante conocedor de las especies micológicas, viendo que las setas de los jardín son comestibles, arrample con ellas.

Como se puede comprobar la variedad de setas urbanas es grande, aunque los lugares en los que aparecen son, más o menos, siempre los mismos; hay en especial un álamo blanco en el que regularmente aparecen las llamadas setas de chopo formando grupos muy bonitos en su base alrededor del tronco.

Cualquiera lo diría, pero sí, en los jardines también nacen las setas, incluso en macetas de balcón y tiestos caseros, pero de eso hablaremos otro día.


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