27 ene 2018

EL "GUSTAV"



Este mes de enero ha sido un mes de fuertes temporales en la costa.
Uno de los efectos de estos temporales marítimos en la playa es el trasvase de arena de unos lugares a otros. Así, nos encontramos con que hay zonas en las que la arena llega casi a ras del Malecón, y con otras en las que el nivel de arena desciende hasta cotas extremadamente bajas.
Una de estas retiradas de arena que se producen tras los temporales permite ver de vez en cuando, como en estos días, los restos del naufragio del buque alemán “Gustav” que encalló en la playa y se quedó allí para siempre.

El 12 de diciembre de 1874 el petrolero alemán se acercaba a la costa de Zarautz; los carlistas sospechando que traían armas y munición decidieron atacarlo y raíz de ello quedó varado en la playa de Zarautz cerca del canal.

Todos los tripulantes se salvaron y fueron acogidos en el pueblo partiendo poco después para Alemania. No se conoce mucho sobre este hundimiento ya que sin motivo conocido, el capitán del barco quemó todos los documentos del suceso.

El periódico Diario Vasco tras el temporal de 2014 contaba en una crónica el siguiente relato:

“A raíz de la aparición de los restos del barco 'Gustav' a la altura del canal, el conocido zarauztarra Lucio Azpiazu relata un detalle que tiene que ver con este barco alemán, hundido en la playa de Zarautz un 12 de diciembre del año 1874: «El getariarra Lorenzo Basurto, capitán de la Marina Mercante, casado con Catalina, hija de José de Amezti, fue quien hospedó en casa de su suegro (en Consejo Zarra, que estaba junto a la Casa Makatza y en la parte norte del antiguo Cine Modelo), a los tripulantes del 'Gustav' cuyos restos aparecen cada cierto tiempo, cuando la mar lleva mucha arena, al final de la playa. Los náufragos primero esperaron a que reflotara el barco y estuvieron alojados en Consejo Zarra, pero viendo que cada vez se hundía más, decidieron marchar a Alemania».

Prosigue Lucio: «El Kaiser Guillermo II de Prusia envió al ilustre capitán Lorenzo Basurto un catalejo, que hoy en día se guarda en una casa de la descendencia de la familia, con una inscripción de agradecimiento por la atención prestada a la tripulación del buque Gustav».

Para los zarauztarras la aparición del esqueleto del “Gustav” en las arenas de la playa suele suponer un motivo de curiosidad y de alegría, siendo mucha la gente que se acerca a observarlo y fotografiarlo. 


Nota: La foto del detalle de la proa del Gustav es de mi amiga Arbil. El resto de las fotos son mías.

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