26 nov 2017

RELOJES (y 3)


Ya estoy de nuevo dando la vara con mis relojes, pero es que esto de los relojes es una especie de vicio para mí porque me encantan.


Otras personas tendrán otras aficiones y gustos, pero lo mío son los relojes. Me quedo como un pasmarote en todos los escaparates de las relojerías, y ni que decir tiene si me pongo a mirar las muchas páginas que hay en Internet y la gran variedad de oferta existente.


De todos modos, me comprometo a no volver a tratar el tema en este blog, ya que, puestos a ello, sería algo semejante a la historia interminable.


O sea que me despido con mis últimas adquisiciones en las que hay de todo un poco: desde relojes de los “buenos” hasta de los de “batalla”, unos comprados y otros regalados, de pila, automáticos, e incluso uno que funciona con energía solar.

Un popurrí a mi gusto. Tal cual.

19 nov 2017

LAS BATALLAS DEL ABUELO (10) La tamborrada



La Tamborrada Infantil de Alaberga comenzó a salir en las fiestas del barrio en octubre de 1964 de la mano de Josetxo Ule, quien ya el año anterior había organizado también la de adultos.


Tras los ensayos, realizados junto a los bajos de la iglesia con palos de escoba a modo de palillos que nos conseguíamos a tal efecto, llegaba el domingo de fiestas en el que el camión de Transportes Txikierdi de Nicolás Lasa transportaba todos los barriles y tambores hasta la zona alta del barrio, a la altura del nº 48, donde la calle acababa lindando con Galtzaraborda, y de allí salíamos a tocar, unas veces con música grabada de discos y otras acompañados por txaranga.

Algo a lo que Josetxo daba mucha importancia era la vestimenta: pantalón y camisa blancos, txapela y gerriko rojos y alpargatas blancas con cintas rojas.

El recorrido era bastante largo (1.220 m según Google Earth), ya que cruzábamos todo el barrio desde lo alto, haciendo varias paradas, hasta llegar a la plaza delante de la iglesia donde, después de tocar todo nuestro repertorio tamborrero, nos disolvíamos para llevar los tambores y barriles a la Sociedad.


He de reconocer que me quedé con la txirrinta de tocar el tambor, ya que tras un par de años tocando el barril, Josetxo me eligió para dirigir la tamborrada y desde entonces estuve otros 4-5 años al frente de la misma. Dejar de lado los palillos y empuñar el bastón de cintas blancas y azules (muy liviano por cierto) que él mismo llevaba en la tamborrada de Alaberga en las Magdalenas de Rentería supuso una gran alegría para mí, si bien conllevaba una gran responsabilidad.


Además tuve la oportunidad de ir con Josetxo a Gabierrota a enseñar a tocar y dirigir la que sería primera tamborrada infantil del barrio, de la cual guardo con cariño el recuerdo del regalo del chiflo grabado que me hicieron en la sociedad gabierrotarra.


Pero la edad no perdona, y finalmente tuve que dejar la tamborrada infantil y pasar a la de adultos en la que estuve únicamente un par de años de barril hasta que por motivos laborales la abandoné definitivamente.




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Con la Tamborrada de Alaberga en las Fiestas de Magdalenas


12 nov 2017

PINTXO-POTE



En muchos lugares de nuestra geografía existe la costumbre de acompañar las bebidas que se consumen en los bares con un aperitivo comestible gratuíto que corre a cuenta del establecimiento, son las llamadas “tapas”.
Sin embargo aquí, en el País Vasco, eso no se da. Aquí tenemos una gran tradición en los aperitivos llamados “pintxos”, que son un equivalente a las tapas pero mucho más elaborados y trabajados, pero que hay que pagar a parte de la consumición.
Eso no es algo que nos arredre a la hora de acercarnos a un bar, ya que en todo lo relativo a la comida o la bebida, los vascos hacemos honor a nuestra fama.
De todas formas parece ser que últimamente entre semana el movimiento del personal en los bares había descendido por lo que los bareros tuvieron la brillante idea de crear el denominado “pintxo pote”: un determinado día de la semana (generalmente los miércoles), en un horario delimitado de la tarde-noche, se ofrece la posibilidad de consumir con la bebida un pintxo que te ofrece el bar sin incremento de coste sobre la misma.
Esta costumbre del pintxo pote está ya extendida por muchas localidades de Gipuzkoa, si bien en Zarautz, donde yo vivo, se dan también algunas otras variantes.

PINTXO POTE
Se realiza los miércoles en la mayoría de los bares del pueblo.

TALO POTE
Es la variedad de un único bar, el “Zelaitxo y su especialidad consiste en que el pintxo se sustituye por un pequeño talo (torta frita de maíz típica del País Vasco) relleno de txistorra o vegetales.

PIZZA POTE
Éste se da sólo los jueves también en el “Zelaitxo”; diferentes pizzas (de champis, chorizo, bacon, pimientos…) para acompañar a las bebidas, aunque no es algo exclusivo de Zarautz ya que también se realiza en algún bar de Donostia,

SUSHI POTE
Quizás la originalidad en toda Gipuzkoa la que proporciona el “Shelter”, al final del Malecón en la playa, con sus sushis acompañando a las bebidas los miércoles.

4 nov 2017

HISTORIAS DE LA P*** MILI (5) El petate


El ir (mas bien, que te llevasen) a la mili suponía un cambio total de look, tanto a nivel físico con el consiguiente corte de pelo al cero (como en mi caso), como al estético: perdías tu condición de vestimenta ciudadana (al gusto de cada cual) y te incorporabas a la vestimenta militar uniformada y reglada.

Menos mal que toda esa parafernalia vestimentística militar te la proporcionaba el Ejército de forma gratuita, ya que durante un larga temporada (18 meses) ibas a estar inmerso en su estructura y actividades.

Creo que ni la ama con todas sus mejores intenciones de previsión velando por mi bienestar, hubiese podido elaborar una lista de prendas de vestir semejante a la que nos dieron de equipamiento en el petate de Infantería de Marina:

-          Equipo de faena o de campaña: pantalones, guerrera, camisas verdes de manga corta, jersey, cinturón, calcetines, botas de media caña, impermeable, boina…

-          Uniforme de paseo: 
        *de Invierno:- Uniforme de paseo azul, pantalón azul de paño, camisas blancas de tirilla, cinturón de hebilla dorada, hombreras, zapatos, calcetines negros, guantes blancos, gorra de plato, chaquetón de lana…

         * de Verano- Guerrera blanca, pantalón de tergal, camisas blancas de manga corta…


Y todo el vestuario, todo, absolutamente gratis (lo único que teníamos que comprar, en caso de ascender de grado, era la cinta de los galones para las hombreras y las mangas, que indicaban la categoría militar; en mi caso fueron los galones verdes de cabo especialista).

Además todo este petate, quedaba para nosotros, no teníamos que devolverlo al acabar la Mili como en otros cuerpos, ni pagar “lo que se hubiese perdido o cambiado de lugar”. (De todas maneras he de reconocer que poca cosa utilicé una vez licenciado, alguna de las camisas blancas y alguna verde de manga corta, no más, y durante poco tiempo).

Todo este equipamiento de vestuario se incluía en un saco (el petate) que, una vez lleno con todas las prendas, pesaba un riñón, y que había que transportarlo a mano cada vez que cambiabas de destino.

Uniforme de verano                                       Traje de faena                                    Uniforme de invierno